Universidad

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-Hey, Bobby.

Dean oyó con gracia el suspiro pesado de su tío ante el llamado. Y es que Singer sabía mejor que nadie que esa frase solo podía anticipar una pregunta. De cualquier tipo. Porque viniendo de los Winchester, podía ser cualquier cosa.

Es que ambos hermanos tenían en gran estima a Bobby. No encajaba para nada con la imagen que alguien pudiese formarse de un "simple mecánico". Bobby sabía muchísimo, de las más variadas cosas. Incluso sabía japonés, y eso que Dean ni siquiera sabía dónde quedaba el sudodicho país.

-Bobby tiembla.-comentó en broma Rufus, acercándose a ambos.-Atrápala, Dean.

El rubio atrapó la botella justo a tiempo, y sonrió cuando sintió el frío de la cerveza recién sacada de la heladera en contraste con el calor que sentía en el cuerpo. El verano estaba siendo caluroso, y trabajar con los autos solo acrecentaba la temperatura. Bobby miró a Rufus de mala manera, pero su amigo se alzó de hombros.

-¿Qué haces, Rufus?

-Vamos, viejo. Con este calor solo una cerveza te calma la sed. No es como si tu niño tuviera cinco años.

Dean sonrió. Rufus siempre se refería a él y Sam como "los niños de Bobby", y aunque el viejo jamás decía nada, sabía que lo alegraba esa expresión.

-Solo tienes esa botella así que raciónala bien.-le advirtió Bobby, seriamente.-Y ya lánzame la maldita pregunta, no tengo toda la tarde.

El rubio bebió un sorbo de la fresca bebida, juntando fuerzas para preguntar. Quería sonar casual, pero sabía que era imposible. A fin de cuentas, realmente no tenía idea de lo que estaba haciendo.

-Bobby, ¿te suena Broca?-dijo al fin, preguntando acerca de esa palabra que Castiel le había dicho que se relacionaba con su problema para hablar.

-Pues claro Dean.-el Winchester reprimió las ganas de saltar de emoción.-Es una herramienta. Lo que se coloca en el taladro para agujerear. Creí que lo sabías.

Esta vez, Dean tuvo que reprimir un sonido de angustia ante la decepción de creer que Bobby podría aclararle algo sobra broca, aquella extraña palabra que Castiel le había dicho como si le revelase una clave vital para comprender qué le ocurría. Incluso la había acompañado de un gesto con la garganta para reafirmar que tenía que ver con su problema para comunicarse. Sin embargo, evidentemente, seguiría siendo un misterio.

Había transcurrido un rato, lleno de sudoración, aceite y herramientas, pero Dean no se rendiría tan fácil. Luego de la ¿charla? Que habían tenido él y Castiel el otro día mientras disfrutaban de un helado, estaba más que decidido a descubrir qué le ocurría. Y Bobby era la única persona que podía ayudarlo.

-Bobby, ¿tienes idea qué trastornos de lenguaje existen?-preguntó al fin, pensando que quizás su padre adoptivo podía responder de manera más general.

-¿De qué me viste cara, Dean?-preguntó con hastío y curiosidad.

-Pensé que podías saber. O saber quién sabe. Sabes muchas cosas.

-Soy mecánico.-respondió sin demostrar lo contento que lo ponía saber que Dean lo veía de esa manera. Miró a Rufus- Últimamente me viene con estas cosas.-le explicó. Y, volteando a ver a Dean, agregó con cierta preocupación.-¿En qué diablos andas metido?

-Tranquilízate, Bobby.-lo cortó Rufus.-No es como si hubiera mucho por hacer por aquí.

Dean agradeció internamente que Rufus estuviese allí. No es que se llevasen excepcionalmente bien, pero que dijese eso aún sabiendo lo que Dean había hecho en el pasado lo alegraba, sobretodo porque así podría convencer a Bobby de que, esta vez, no estaba haciendo nada malo, como seguro pensaba el hombre de la gorra. Bobby lo escudriñó con sus ojos, pero al fin suspiró, más tranquilo.

Sobran las Palabras [Destiel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora