Sobran las Palabras [Destiel]

Bella

-Vamos, que se enfría.

John dejó que la silla atrapase todo su cansancio, cayendo en ella con un ruido sordo. Mientras servía la cena, Dean lo miró frunciendo el ceño.

-Ya te dije que si haces eso romperás otra silla.-lo regañó.

-Por Dios Dean, cada día pareces más una esposa malhumorada.-rió su padre.

John no reía tan seguido, así que el rubio solo atinó a sonreír ante aquel extraño sonido. Una vez que terminó de servir la comida, se sentó. Hacía bastante tiempo que no compartían una cena, y mucho menos solo ellos dos. Al parecer, no era el único que estaba pensando sobre eso.

-Así que se nos fue Sam, ¿eh? La cena está tranquila sin él parloteando.-y aunque desde afuera parecía una crítica, Dean sabía que su padre extrañaba a su hermano.

-Sabes cómo es Sammy, además está en una edad complicada.-comentó refiriéndose a las constantes peleas que últimamente su hermano menor y su padre tenían.

Ambos tenían un carácter fuerte. No es que Dean no lo tuviese, pero su familia había estado tan rota, que había optado inconscientemente por no generar más conflictos, aún si tenía que ceder. Por ello se llevaba bien con John.

-Espero que aprenda algunas cosas en el campamento.

Dean también sabía que padre era consciente de la falta de atención que Sammy había tenido, y que tenía, debido a sus ausencias por el trabajo. Y sabia que a John le dolía eso, aunque jamás lo admitiese. Por eso, sonrió tranquilamente.

-Probablemente lo haga. Yo espero que se divierta.-y para cambiar de tema, agregó- Tenemos nuevos vecinos.

-Oh sí, Ellen me comentó sobre ellos hace un rato.

-¿Ya?-preguntó con curiosidad.

-Vamos, Dean. Sabes que aquí somos todos nacidos en el barrio. Alguien nuevo siempre es un gran chisme. Ya todos están hablando de los... ¿Smith?

-Shurley.-aclaró.

-Estás bien informado.-comentó con cierta sorpresa.

-Chuck Shurley vino hoy a pedirme la soldadora. No te preocupes, ya la devolvieron y la guardé.

-Bien, hay que ser amables con los demás. Hoy por ti, mañana por mí.

-Parecen agradables. Bueno, al menos Chuck y Castiel. No he conocido a otro miembro de la familia.

-Escuché de Chuck, pero, ¿Castiel?-indagó.

-Es el hijo de Chuck. Creo que tiene mi edad.-comentó intentando aparentar desinterés.

-Ah sí, me suena.

-¿Has escuchado algo sobre él?-preguntó mas entusiasmado de lo que hubiese querido. Y es que la idea de tener alguna nueva pista sobre el misterioso muchacho se le antojaba tentador.

-No...No demasiado, al menos. Llegaron recién hoy. ¿Por qué tanto interés?-preguntó con una sonrisa burlona.

-Debo entretenerme con algo mientras Sammy no está.-fue su respuesta, con las mejillas coloreadas al saberse descubierto.-Te toca lavar los platos.-comentó para cambiar de tema.

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-Tienes un lindo trasero, Dean, pero eso no te da derecho a acaparar todo el estante. Muévete.