Roadhouse

655 89 110
                                    


¡He regresado! Para no esperar más tiempo, dejo el cap <3 ¡Espero que lo disfruten!



-De hecho, ya que es en mi casa puedes venir antes si quieres. Obligaré a los chicos a ayudarme a ordenar y preparar todo. No creo que sea divertido, pero por si te interesa...

Dean había hablado casi al aire, y enseguida mordió su hamburguesa, como quitándole importancia al asunto. Pero Castiel sabía lo importante que era lo que le estaba diciendo. Lo estaba invitando a que ayudase a preparar su casa como uno más. Incluso a que conociese a sus famosos amigos, como si quisiera incluirlo. Así que había tenido razón: Dean no lo ocultaba, ni se avergonzaba de él. Castiel sonrió tímidamente, mucho más tranquilo.

-Mi casa no es demasiado grande, pero ya he organizado alguna que otra fiesta ahí, así que sabemos cómo acomodar todo para que quede algo más o menos decente. También debemos llevar a los cuartos lo que puede romperse...

Una sombra de preocupación pobló el rostro del oji azul, lo que hizo que el rubio se interrumpiese.

-¿Fiii...esstaaa...seeeer eeel...vieernees?-quiso corroborar. Dean asintió mientras masticaba. Castiel suspiró, molesto.- Teeeneeeer...logoopeedaaaa...

-Oh.-comentó estúpidamente, intentando averiguar qué decir.-Cierto que queda en el centro de la ciudad, ¿no? Tardas bastante en ir y volver.

Castiel asintió, con el ceño fruncido, claramente angustiado. Pero la sonrisa confortante de Dean aflojó un poco su molestia.

-La fiesta durará hasta tarde. ¿Crees que al menos podrás ir un rato? Si estás muy cansado...

-Ir. Seegurooo.-lo interrumpió abruptamente.- Sieempreee seeer puuntuuaaal...

Dean rió, divertido.

-Pero no seas tonto, Cas. Es mi casa, no hace falta que llegues puntual. Puedes ir cuando quieras. Te ahorrarás ordenar antes, suertudo.

Castiel esgrimió un leve puchero. Dean se imaginó que debía ser realmente una persona interesada en la puntualidad para ponerse así por llegar tarde, aunque no le costaba imaginarse a Cas llegando primero a cualquier reunión. Además, se daba cuenta que le molestaba no estar antes de la fiesta, para conocer a sus amigos y sentir, de a poco, que quizás pertenecía a allí. Dean dejó su hamburguesa, se limpió como pudo las manos con la servilleta. Luego extendió ambas manos hasta el rostro de Castiel. En un rápido movimiento, sus dedos índices tocaron las comisuras de sus labios y ejercieron presión hacia arriba, obligándolo a sonreír. Los ojos azules se abrieron con sorpresa.

-Sonríe y sácate esa expresión de perrito enojado. –le exigió, sin quitar sus dedos.- Es solo una estúpida fiesta, a la cual llegarás cuando puedas. Yo te estaré esperando de todas formas, aunque llegues a las cinco de la mañana.

Retiró sus dedos y pronto volvió a agarrar lo que quedaba de hamburguesa, para ver si así la quemazón que sentía en la piel aflojaba lo suficiente como para que su amigo no se diese cuenta. Miró a Castiel, intrigado de cómo reaccionaría. La expresión entre sorprendida y enternecido de su vecino le generaron una breve carcajada que combinaba sus nervios y su felicidad al haber causado un aspecto tan maravilloso.

-Además Jo dijo que eras el invitado de honor. Esos siempre tienen que ser los últimos en llegar.

Por fin Castiel pudo sonreír, pues no había podido reaccionar luego de la hermosa actitud de Dean. Continuó comiendo, también para calmarse, pues aunque disimulaba muchísimo mejor que Dean, su corazón latía desbocadamente ante ese contacto tan directo. Comieron en silencio durante unos segundos.

Sobran las Palabras [Destiel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora