Cita V

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¡Hola~! Capítulo corto para demostrar que esta historia continúa (?) <3



-Ahora ya sí podríamos subir a algún juego, ¿no?

Castiel asintió con la cabeza, emocionado. Ambos caminaron hasta detenerse detrás de una fila de gente, ahora sí había más personas en el parque. Por suerte la fila avanzaba bastante rápido. Estaban esperando, cuando Dean se percató de un problema.

-Hey, ¿cómo harás con el peluche?-preguntó preocupado.-No creo que te dejen subir con él. En general no permiten subir con cosas que puedan caerse.

Castiel miró consternado a su suave abeja. Mientras pensaba una solución, cada vez se acercaban más a su turno para subirse al juego. Dean lo miraba divertido de lo angustiado que se veía su amigo, pero se cuidaba de no reírse pues suponía que se ofendería. Ya solo tenían dos personas delante cuando los ojos azules se iluminaron con la respuesta.

-Peeediiiir...-y señaló a una chica que trabajaba en el parque, ayudando a las personas a subirse al juego, ajustando los cinturones de seguridad, y cuidando que la fila se respetara.- Cuiiidaaar...

-¿Le pedirás a la gente del parque que te sostenga el peluche mientras te subes al juego?-quiso saber, para ver si no había comprendido mal.

Castiel sonrió en respuesta, asintiendo con la cabeza para mostrar que era exactamente lo que había pensado. Ahora sí Dean no pudo contener una risita al imaginarse la situación. Era increíble lo despreocupado que su amigo podía ser al respecto de lo que los demás pensaran de él, o quizás no le parecía extraño que alguien de su edad quisiera tanto un peluche.

-¿En serio lo harás?-preguntó intrigado, ya que solo quedaba una persona delante de ellos.

Pero esa pregunta pareció despertar otra preocupación en Castiel. Su rostro se tornó pálido, y era obvio que algo lo estaba molestando.

-¿Qué? ¿Ahora te da vergüenza?-lo desafió divertido.

Aunque enseguida se dio cuenta que no, no era vergüenza. O al menos no por el pedido. Y es que Dean ya estaba tan acostumbrado a la afasia de Cas, que a veces realmente se la borraba de la cabeza. Quizás si Castiel pudiese hablar fluidamente no tuviese problema en pedirle a la chica del parque que sostuviese un peluche de abeja durante unos minutos. Pero eso jamás lo sabría, porque la realidad era que su amigo no hablaba fluidamente, y solía hablar más trabado aún cuando se trataba de conversar con desconocidos. Así que no, definitivamente esa opción era terrible. La tristeza inundó los ojos azules, y Dean quiso borrarla para siempre. Odiaba ver a ese chico tan dulce y comprensivo de esa manera por un estúpido problema para hablar. El peluche, que había sido una alegría tremenda, parecía ahora representar toda la incapacidad de Cas para ser una persona 'normal'. No hacía falta que le dijera nada, era palpable en su expresión.

Faltaban pocos minutos para que fuese su turno.

-Hey, Cas...

No iba a decir nada en realidad, solo quería llamarlo para recordarle que no estaba solo. Quizás, con mucha suerte, eso podía ayudar a expulsar la angustia en esos ojos. Tampoco es como si Dean pensara demasiado antes de hablar. El mencionado efectivamente volteó a verlo. El rubio se quedó mirándolo en silencio, y tal vez habría sido incómodo, pero no pudo serlo porque Castiel, de pronto, sonrió. Una sonrisa que alegraba a Dean, aunque era obvio que ocultaba algo. El oji azul ya no parecía tan triste: era obvio que algo se le había ocurrido. El Winchester esperó unos pocos segundos a ver si su amigo le decía, sin embargo, cuando se dio cuenta que no ocurriría, tuvo que recurrir a preguntarle.

Sobran las Palabras [Destiel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora