Sobran las Palabras [Destiel]

Fiesta III

¡Holaaaa~! Tranquilxs, no es un aviso, es solo una actualización bastante seguida de la anterior xd! Y es que la Fiesta debe continuar B-) Por cierto, hay una pose en la que están Dean y Castiel (nada de malpensar, ah) que quizás no se entienda jajaja Pero no quería mandar la imagen de referencia en medio del cap así que está al final nwn Espero que disfruten el cap <3 

-El collar que le regalaste a Jo es muy bonito.-comentó Dean para cambiar de tema.-Me sorprende porque ella no suele usar accesorios, pero es tan simple y discreto que realmente va con su estilo.

-¿Creeeer gustaaaar?-preguntó con verdadera curiosidad.

-Por supuesto, si no lo hubiese guardado. Si se lo puso es porque le gustó de verdad.-afirmó. Y, con visible admiración, agregó- No sé cómo hiciste para hacerle un regalo personal si apenas la conoces. Eres muy observador.

Luego de continuar avanzando entre el gentío, al fin llegaron a la barra. Sin soltar a Castiel, Dean rodeó la mesa para quedar del lado de adentro.

-Es como si pudieras conocer a las personas enseguida.

Ahora sí Dean volteó a verlo, sabiendo que había un poco más de distancia entre ellos. El oji azul sonrió suavemente, sintiéndose descubierto. Casi nadie solía reparar en su habilidad de leer a las personas en poco tiempo. Los ojos verdes lo miraban como si intentaran desvelar su misterio.

-Tuuu seeeer traaaanspareeeeente.-comentó con burla, aunque lo decía en serio.

-¡Eso no es verdad!-quiso defenderse, pero la risita de Castiel le indicó que lo decía con franqueza.

-¿No nos vas a presentar, Dean~o?

La voz de Gabriel tomó un poco por sorpresa a Dean, quien pensaba que solo existían él y Castiel en su casa. Su cara debía reflejar esa confusión, pues Gabriel se rió, y Castiel esbozó una sonrisa divertida. El rubio sacudió ligeramente la cabeza para volver a acomodarse en la realidad, en la cual eran más que dos personas, lamentablemente.

-¿En serio?-preguntó con hastío.

-No te preocupes, conmigo no es necesario.-comentó Crowley sonriendo coquetamente.- Plumitas y yo ya nos conocemos. Y muy bien.

Castiel rió bajito, más por los nervios que por otra cosa, aunque no sabía cómo lo interpretaría Dean. Y es que allí estaban sus famosísimos amigos, aquellos que los habían estado espiando el día anterior cuando simplemente estaban hablando en la puerta de la residencia Winchester. Aún recordaba también la horrible sensación de sentirse observado en el parque de diversiones. ¿Cómo se comportarían esa noche? ¿Estarían vigilándolo constantemente? Castiel apostaría a que sí. Así que intentaría estar a la altura. Sin embargo, admitía que los coqueteos de Crowley lo descolocaban un poco. Por un lado, le hacían sentir seguro de que no lo rechazaba, por otro, temía molestar a Dean si hacía un gesto o algo que pareciera que le correspondía.

Aunque esa noche estaba decidido a demostrarle a Dean que no le correspondía a Crowley. Ni a nadie que no fuese rubio, de ojos verdes, pecoso, y de apellido Winchester. Hasta donde había visto en las fotografías, Sam no era rubio ni tenía pecas.

-Bonita camisa, Crowley. Sería una verdadera lástima que se le derramara una bebida encima.

-Ah, todo un bravucón como siempre. Con esta actitud te espera una noche larga.

Dean entrecerró los ojos, evaluando las palabras de Crowley, quien le dedicó una mirada de advertencia. El rubio no necesitó explicación alguna. Sabía que no era el único interesado en Castiel esa noche. ¿Y cómo serlo? Era el chico nuevo, con todo el misterio que ello conllevaba. No tenía una historia que se supiese, un pasado escabroso, una anécdota humillante. Personaje puro, para colmo era muy atractivo. Era elegante, con un buen cuerpo, un cabello llamativo, y, sobretodo, unos ojos hipnotizantes. Era obvio que muchos estarían observándolo, esperando el momento para acercarse.