Confidencias II

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¡Hola~! Perdón por la tardanza </3 Lo cierto es que estaba con muchas cosas que al fin se solucionaron, y, además, ¡¡¡¡este capítulo es larguísimo!!!! (en mis estándares jajaja) Creo que es el segundo más largo. Y, definitivamente, el que más me ha costado escribir. Por ello, las advertencias:

ADVERTENCIA: Esta capítulo contiene narraciones sobre abuso (en distintas formas). Aunque intenté no tratarlo de forma morbosa, y no hay demasiados detalles, me parece prudente advertirlo. A mí me costó mucho escribirlo, así que puede que cueste leerlo, pero realmente no hay nada demasiado fuerte.

Ahora sí, el cap <3


-Sé lo que estás pensando y sí, era el típico chico malo del que las madres dicen que te alejes. Tenía la motocicleta, la campera de cuero, fumaba, y realmente era una mierda de persona. Quién sabe, tal vez si hubiese tenido una madre que me dijera que no juntara con ese tipo de gente...

Dean hizo una pausa. Suspiró suavemente.

-Es una tontería pensar en ello. Ahora que lo veo con el tiempo, justamente lo de mi madre debe haber tenido más que ver con que me metiera con ese idiota de lo que pensaba en ese momento. Él me lo dijo, ¿sabes? Y aunque no lo hacía para ayudarme, tenía razón en algunas cosas. Que yo estaba enojado. Que estaba harto de tener que ser hijo, hermano, esposa y madre al mismo tiempo. Que sentía que no me había divertido como debería. Michael en serio sabe leer a la gente, y eso lo hace tan peligroso. Lo hace saber tus puntos débiles.

Dean se pasó la lengua por los labios resecos. Volvió a mirar a Castiel.

-Luego de esa pequeña charla nos cruzamos en la escuela alguna que otra vez pero nunca hablábamos porque siempre había gente. Aunque me gustaba, no quería acercarme a él mientras Lucifer estuviese cerca, y mis amigos lo miraban de mala manera. Pero iba a suceder eventualmente, y fue un día que Sam se enfermó. Como me quedé cuidándolo salí tarde de casa. Cuando llegué a la escuela ya no había nadie en la entrada...excepto él, que estaba acomodando unas cosas de su motocicleta. Un tiempo después me dijo que se dio cuenta que yo no había llegado aún y estaba esperándome, pero no sé si era cierto o solo quería hacerme sentir especial. Como fuera, enseguida aprovechamos para hablar y él me invitó a dar una vuelta en su moto. Eso ya implicaba faltar a la escuela, así que me puse a dudar. Pero dio en el clavo. Me dijo que debería relajarme, yo le había contado que había estado cuidando a mi hermano enfermo, así que insistió en que era un adolescente y tenía que aprovechar a disfrutar la vida sin tantas preocupaciones.

El rubio sonrió con tristeza.

-Por supuesto que ahora me doy cuenta que eran puras mierdas. Pero en ese momento realmente me llegó porque...la verdad es que nadie me lo había dicho.-se alzó de hombros.-No quiere decir que los demás no lo piensen. Yo sé que mi papá, Sammy, mis amigos, Bobby, Ellen, todos creen que yo también necesito divertirme y esas cosas. Pero es distinto a que alguien te lo diga así, claramente, sin rodeos. No es que me moleste ocuparme de algunas cosas. Solo...

Dean se detuvo por un momento, buscando las palabras adecuadas. Castiel esperaba, en un silencio total.

-Tenía esta sensación enterrada, de que todo era una mierda. Creo que todos lo pensamos en algún momento. Y hasta ese entonces yo me ocupaba mucho más de Sam porque era más pequeño. Lo cual tampoco me molestaba, pero en el fondo se ve que estaba un poco cansado. Recuerdo haberte dicho algo de esto en el tejado de mi casa, ¿lo recuerdas?

Por supuesto que Castiel recordaba la conversación que habían tenido en el tejado de la residencia Winchester. Dean había ido a buscarlo a escondidas a su casa luego de haberse sentido mal por no haberle tenido tanta paciencia en la tarde debido a sus preocupaciones. Bajo el cielo estrellado, y con una cerveza cada uno, habían tenido una de esas charlas profundas que Castiel atesoraba.

Sobran las Palabras [Destiel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora