Universidad II

739 110 76
                                    

¡He regresado! Como siempre digo, no abandoné esta historia ni dejé de pensar en ella. Quería subir el cap hace unos días pero justamente es un capítulo importante porque se explica qué tiene Castiel, y quería asegurarme de que todo quedase claro. Al final del capítulo aclaro de dónde saqué la información. ¡Espero que les guste~!




Dean ingresó con cuidado a la sala. No era muy grande, lo cual solo acrecentó sus nervios. A unos pasos de él había un escritorio, y, del otro lado, una mujer adulta leía unos papeles. Al oía que alguien ingresaba, alzó la vista. Miró unos segundos a Dean, y, luego, volvió a bajar la vista.

-No entiendo para qué nos esforzamos en decirles cómo funcionan las cosas desde el principio para que luego sigan insistiendo.-comentó la mujer con un suspiro.-No lo volveré a repetir. No contestaré ninguna pregunta que tengas para hacerme.

Dean se quedó parado allí donde había entrado. ¿Cómo podía ser que aquella mujer ya supiese que iba a realizarle preguntas? Y, peor, ¡que le asegurase que no iba a responder ninguna, cuando siquiera le había dicho de qué iba el asunto! La mujer seguía con la vista en sus papeles, impasible a la presencia de ese joven desorientado, como si estuviese acostumbrada. El rubio, por un momento pensó en irse, pues se sentía cohibido en aquel lugar que le parecía tan complejo, ante esa mujer cuya presencia, a pesar de estar sentada, era imponente. Pero...había viajado hasta allí para saber más de Castiel. Su vecino, su amigo, tenía un problema que no podía explicarle. Y él necesitaba saber más si quería ayudarlo, y si quería permanecer a su lado. Así que tendría que quedarse allí, pues parecía ser el único lugar donde podía obtener respuestas.

-Por favor...-comenzó.-Mi nombre es Dean Winchester, y....No le quitaré mucho tiempo.-fue lo mejor que pudo articular.

La mujer alzó la vista, clavando sus ojos en él.

-No soy tonta.-y su tono no era desagradable, y a pesar de no admitir respuestas, era amable.- Sé que los exámenes son esta semana, y desde el principio les advertimos que no pueden venir a consulta dos días antes del examen. A menos que la pregunta sea una nimiedad, pero por la expresión de susto que llevas, dudo mucho que lo sea.

Dean tomó aire, y recordó los ojos azules y tristes que lo habían llevado allí, para poder tener el coraje de hablar.

-Yo no estudio en esta Universidad. Quiero decir, ni siquiera me he graduado del secundario. No todavía.-explicó, sin bajar la mirada.

-Oh, por eso parecías tan pequeño.-y, con una leve sonrisa, agregó.- Sin embargo, lamento decirte que hay un área especializada en la Universidad para los chicos que quieren ingresar o saber de qué se tratan las diferentes carreras. Puedo indicarte....

-No es eso a lo que he venido, tampoco.-la interrumpió.

-¿Entonces...?-preguntó extrañada.

-Yo...tengo un amigo. Un gran amigo. Y él tiene un problema. Y quiero saber más de su problema para poder ayudarlo, pero no sabía a quién acudir, porque es algo un tanto específico. Y entonces a mi tío se le ocurrió que pregunte aquí, en la Universidad. Así que me vine desde muy lejos para....-se interrumpió, dándose cuenta de lo idiota que sonaba todo el asunto. ¿Cómo había pensado que aquello era una buena idea?-Pero en mi familia nadie ha asistido a la Universidad, así que quizás estaba equivocado.-se excusó.

Se calló, con una disculpa silenciosa. Estaba a punto de voltear e irse, sin embargo, la voz de la mujer lo detuvo

-Dean, así dijiste que te llamas, ¿no?-el mencionado asintió.-Yo soy Missouri Moseley. Siéntate.

Sobran las Palabras [Destiel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora