27

8 1 0
                                    

Emily Kelley...

Estoy acompañando a mi novio a un lugar donde lo están ayudando con la búsqueda de sus padres, esto me pone un poco nerviosa y ansiosa, pero si es lo que él desea estará bien.

— Gracias por acompañarme. — dice agarrando mi mano.

— Siempre voy a estar contigo mi amor.

Llegamos al lugar y entramos agarrados de la mano. Subimos el ascensor y llegamos al segundo piso, golpea una puerta y le dan el permiso para entrar.

— Buenas tardes Jazmin. — saluda mi novio a una chica joven, de aproximadamente unos treinta años.

— Buenas tardes Cris. — ¿Cris? ¿Por qué tanta confianza?.

Me solté de su mano y él me vuelve agarrar.

— Ella es mi mujer, mi prometida, Emily. — ella me saluda.

— Bueno tomen asiento, ¿Quieres algo para tomar? — le pregunta a Cristián.

— Yo no, muchas gracias. No sé si mi novia quiere, ella está embarazada. — yo dije que no con la cabeza. 

— Perfecto, entonces comenzaré. — dice agarrando unos papeles. — Mira, en esos tiempos en este hospital. — muestra el papel. — Hubo varias mujeres que parieron ese mismo día, nacieron aproximadamente cinco bebés ese día, tres niños y dos niñas, uno de esos niños se llamaba Cristián Wolf.

— ¿Entonces? — pregunté levantando una ceja.

Ella me miró mal. — Bueno, averigüe sobre la madre de ese niño, ella murió hace dos años aproximadamente, pero primero podremos hacer el ADN contigo y luego puedes acercarte a tu abuela que ella aún sigue viva.

— ¿Y mi padre?

— De él no se sabe porque aparentemente había abandonado a esa mujer.

— Oh, está bien.

— Cristián, tengo que decirte a algo pero a solas por favor, sabes cómo es estos temas. — yo lo mire a Cristián.

— Pero ella se puede quedar, es mi mujer y puede saber todo.

— ¿Seguro? — se ríe.

Yo me levanté bruscamente y él me detiene.

— Amor, solo espérame unos segundos. — me solté y salí de ahí.

Baje el ascensor y subí directamente al auto. Me quedé sentada allí, estaba enojada debido a eso, estaba nerviosa  y que agradezca que no me voy caminando solo por miedo a desmayarme.

Habrá pasado aproximadamente cinco minutos y aparece Cristián y se sube al auto, yo simplemente lo ignore mirando por la ventana.

— Amor, te lo puedo explicar. — dice corriendo mi cara para que lo mire.

— No tienes nada que explicarme, arranca el coche vamos. — dije de mala ganas.

Mi Última Razón ©✓.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora