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Emily Kelley...

Llegamos a mi casa y entramos, subimos y fuimos a mi habitación, John cerro con seguro y comenzó a besarme desesperadamente, luego se separa de mí y abrí mis ojos conectando con sus ojos celestes que resaltaban de una manera muy bella.

— Continua. — dije escondiendo mi cara en su cuello, dando pequeños besos.

Él me agarra y me acuesta en la cama lentamente, saca mi ropa, acaricia mis pechos deseándolos profundamente y comienza a lamerlos. Estaba entrando una excitación profunda. Baja dando pequeños besos por mi abdomen hasta llegar a mis piernas y baja mis bragas mientras besa mis piernas, pasa la lengua lentamente por mi parte y goce levemente al sentir su lengua, sentía mi orgasmo venir en cualquier momento, apretaba las sábanas y agarraba de los pelos de John. Apenas me vine, lo acosté y saque su pantalón y bóxer, podía apreciar su bonito miembro, lo tocaba hasta que lo metí en mi boca.
Escucharlo gozar, me hacía excitar nuevamente, me mojaba de solo escucharlo gemir.

— Emi... — dice agitado levantando su cabeza — Emi... Tu... Celular. — lo ignore y continue con lo mio hasta que se vino.

Me subí encima de él y metí su erección en mí.

— Estás demasiado mojada, me encanta. — dice apretando mis pechos mientras comienzo a moverme lentamente.

— Y yo no puedo creer que estés provocando todo esto en mí. — lo bese unos segundos y seguí con mi acto.

Cambio de posición y se puso encima mío, es como le dije la primera vez antes de estar con Erick, es un chico demasiado lindo y perfecto solo que las chicas lo deben tener como el marihuano o el chico malo.
Luego de mucho sexo, me acosté en su pecho y él me abraza.

— Eres hermosa Emi. — dice acariciando mi cuerpo.

— Tú eres demasiado bonito. Ahora a dormir. — deposite un beso en sus labios y me di vuelta para que me abrace.

Mientras dormía tranquilamente, siento que me tocan el cuerpo, mi trasero y apoyando su miembro. Espere unos minutos más hasta que entre en calor y agarre su miembro haciéndolo entrar en mí.
Al parecer él se sorprendió y salió de mí.

— Pensé que dormías, perdón. — dice y me di vuelta a mirarlo.

— Pero ya me calentaste, seguí con lo que empezaste. — dije y mire la hora — es súper temprano aún. — me reí.

— Me desperté al baño y no aguante las ganas de tocarte al verte desnuda. — me hace dar vuelta nuevamente y entra en mí.

Agarra de mi cuello y hace sus embestidas más profundas, esta vez tratábamos de no gemir tan fuerte. Me senté encima de su miembro pero dándole la espalda y seguí con mis movimientos, estaba realmente excitada y quería gemir lo más fuerte posible.

Nuevamente ya habíamos terminado y nos quedamos acostados mirándonos.

— ¿Sabes que solo es está noche nomás? — aclare.

— Planeé todo para llevarte de fiesta y poder tener un momento sexual contigo.

— No digas tonterías, John.

Mi Última Razón ©✓.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora