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Emily Kelley...

Al día siguiente, ya era viernes, Cris estaba por llevarme al consultorio de la psiquiatra y de ahí se iba a retirar su ADN y hacer sus cosas, claramente no confiaba del todo pero no puedo faltar a estás sesiones, necesitaba hablar el tema de Chloe con Cris, esa era una decepción terrible.

Entre al consultorio y tenía que demostrar que estaba en perfecto estado para no volver a ese lugar.

— Buenos días Emily, te noto mejor ahora que saliste. — dice Clara sonriendo y me hace tomar asiento.

— Si, supongo que si.

— Bueno, vamos a retomar esto. — y yo la interrumpí.

— ¿Puedo retirarme antes?, tengo que acompañar a mi pareja por un tema de su ADN.

— Si, no hay problema. Ahora dime, ¿Cómo te sientes desde que volviste con Cristián?

— Estoy bien, no feliz pero no puedo volver a confiar en él nuevamente.

— Eso es normal después de todo lo que pasó y él te va a demostrar que puedes confiar en él. El último tema que nos quedó pendiente, Erick, tu ex. ¿Cómo está su relación? — en ese momento no quería hablar porque estaba concentrada en contener el ataque que se venía. — Si quieres ese tema no se vuelve a tocar hasta que te sientas bien y cómoda. Trataremos de que no te estreses ni te angusties.

— Mejor. — respondí respirando profundamente.

Hablamos acerca de mi padre, tema que me ayudó a superar bastante y también acerca de Mariana. Luego me dejó irme y yo me tomé un Uber hasta el lugar donde Cristián entregaría el ADN, me fijé si estaba su coche, y si estaba.
Subí hasta el lugar y la secretaria de acerca a mi.

— ¿A quien buscas?

— A jazmín.

— Está ocupada en una reunión privada. — dice amablemente. — pero puedes tomar asiento.

— ¿Un chico está ahí?

— Si, ¿Lo conoces?

— Soy su prometida. — y ella abre sus ojos — ¿Puedo entrar? Yo tenía que acompañarlo.

— No creo que puedas pero puedes esperarlo ahí sentada.

Yo me queje y me senté a esperarlo, tardo aproximadamente 45 minutos y luego salió, al verme quedó sorprendido.

— ¿Que te pasa? ¿Que estuviste haciendo? Tardaste demasiado para entregar un simple papel, ¿No crees? — dije enojada y él solo estaba en silencio mientras bajamos por el ascensor. — ¿Por qué te quedas callado? ¿Que hiciste?

— Te juro que no hice nada Emily, en serio. — dice un poco molesto. — ¿Puedes dejar de hacerme mil preguntas?.

— ¿Te molesta?  Antes no te molestaba que dijera lo que sintiera, y tú provocaste estás desconfianzas e inseguridades en mi. — me subí al auto.

Mi Última Razón ©✓.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora