Heralto hizo una promesa hace diez años con el dios Apolo le daría la mano a una de sus dos hijas, si el dios le concedía un hijo varón. Diez años después Apolo viene a cobrar su trato esperando escoger a una de las dos princesas que son catalogadas...
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CAPITULO 20. "Nieve"
-Bienvenidas a mi palacio.- dijo Apolo cuando bajaron del carruaje del dios de sol, este ayudó a cada una de las mujeres a salir, la última fue Adara ella tomó su mano para bajar, y este tomo un poco más del tiempo de lo adecuado en soltar sun mano, luego se dio la vuelta volvió a dirigirse a las princesas.- Espero que les gusté mi humilde morada.
Adara puso los ojos en blanco al escuchar la fanfarronería de Apolo, ya que su palacio era de todo menos humilde, el dios obviamente lo sabía, y sus hijas no dejaban de ver la fachada de este con la boca abierta impresionadas antes lo magnífico que era, por supuesto que Adara le impresionaba también ese lugar pero tenía más autocontrol para no mostrarse encandilada por el edificio, agregando que ya había estado ahí dos veces.
-Entonces estamos en el Olimpo.- comentó Joanna bastante impresionada.
-Si respecto a eso, hay una regla con lo mortales, Zeus me dejó llevarlas aquí, pero no pueden salir de mi palacio o se meterán en problemas graves y no solo con Zeus hay otros dioses no pueden pasar a mi territorio sin permiso, así que no salgan de aquí ¿entendido? comentó en un tono más severo del que solía usar generalmente, ya que Apolo era bastante más relajadas.
Ambas chicas asintieron con solenmidad pero su atención rápidamente se centro de nuevo en el majestuoso palacio dorado, apenas si miraban al dios ya que intentaban apreciar todo, dejando a Adara y Apolo atrás.
-Increíble están frente a un dios y solo pueden apreciar el azulejo de mi suelo- comentó con una sonrisa amarga el dios, Adara sabía que era vanidoso que no le gustaba para nada no ser el centor de atención.
-Bueno, ya están acostumbradas a verte, tu palacio es una novedad para ellas.- defendió a sus hijas.
-Seguro Joanna estará pensando en las remodelaciones que harán cuando nos casemos- dijo en un tono petulante.- es bastante predecible, en cambio tu ¿en que estás pensando?
-¿Por qué Zeus te dio permiso de traernos? ¿Y las otras veces él no sabía que vine? ¿no se supone que ve todo?
-Bueno... incluso para un dios es difícil ver todo a Zeus le gusta que los mortales piensen que es un ser omnípotente pero no lo es, te sorprendería las cosas que se le pueden ocultar y no, no sabé que estuviste aquí, es nuestro secreto.- le guiñó el rubio.
-Tenemos muchos secretos.
-Ya sabes soy el dios de la verdad, así que se mentir mejor que ninguno.
-Eso que dijiste no tiene ningún sentido.- murmuró Adara sin poder evitar sonreír por lo tonto que había sonado, y Apolo también sonrió por consecuente.
-¡Son las musas!- los interrumpió la voz de Kaia su converación.
Las musas se presentaron en una fila, Adara no pudo evitar notar que solo eran seis todas increíblemente bellas-
