CAPITULO 35. "¿Como Pudiste?
-¿Pueden decirme cuando podré ver alguien? ¿Qué pasa con mi hijos? ¿Cuando podrán juzgarme?
El guardia la ignoró como todos los días dejó su bandeja de comida antes de irse dejarla de nuevo sola en aquella torre, llevaba días encerrada en aquella torre oscura sin que le diern ninguna información, no sabía nada más de lo que le habían dicho cuando la arrestaron que su hija la había acusado de asesinato. Nada más.
Cuando la apresaron pensó que tendría un arresto en sus aposentos como solían hacerlo a los miembros de la realeza pero en lugar de eso la llevaron a la torre más alta del palacio, y la encerraron ahí, era mejor que los calabozos pero peor que sus aposentos, y no había tenido ningún contacto humano solo el guardia que le llevaba la comida y bebida una vez al día, pero este no le dirigía la palabra ni le dirigía la mirada. Le llevaban un cambio de ropa cada día con una vasija de agua para lavarse y un cepillo para el cabello pero nada más.
La torre tenía una ventana pequeña que no alcanzaba, y nos sabía nada del exterior, ni que había pasado con el reino, que había pasado con sus hijos, ni cual era su condena, se iba volver loca sin hablar con nadie, sin tener nada que hacer, sentía que iba perder la cabeza viendo las mismas paredes todos los días ¿acaso por eso la tenían encerrada ahí por semanas? Para hacerla perder la cabeza.
Se llevó una mano al dije en forma de estrella que una vez le había regalado Apolo, pensó en pidiendole ayuda, debía estar realmente desesperado por algun contacto si le pedía ayuda.
-Me preguntaba hasta cuando me llamarías querida, estaba empezando a preocuparme.- estaba escondido en la sombras, no podía ver su rostro pero ahí estaba, acudiendo a ella como si no hubiera pasado nada.
Y en realidad había perdido la cuenta del tiempo que había pasado ahí, todos los días parecían iguales.
-No creas que es fácil para mi llamarte, pero eres él único que puede hacer algo, por favor Apolo sacame de aquí.- le pidió.
-¿Y que me daras a cambio?
-¿Cómo?
Esperaba usar la obsesión de Apolo que tenía por ella a su favor, el dios no podía dejar que la mantuvieran encerrada por siempre, tenía la esperanza de que se compadeciera de su situación lo hiciera con solo pedirselo.
-¿Que me daras a cambio si te saco de aquí? Ahora no tengo nada de ti, ni me hablas no me diriges la palabra.
-Pero...
-Piensas que soy un monstruo egoísta que todo lo que hago es por mi beneficio, entonces actuaré como piensas que soy, si hago que salgas de este lugar ¿que tengo a cambio de ti?
-Te escucharé.
-Me escucharías ahora por tener algo en que pensar, estás desesperada de hablar con cualquier persona, por sentir un contacto humano, dime que no, dime que no es un alivio hablar con alguien más, aunque ese alguien sea yo.
La reina no podía negarlo hablar con Apolo era una mejoría que no tener a nadie, la soledad y el encierro la estaba haciendo perder la cabeza.
-¿Qué quieres a cambio?
-Bueno, ahora que estás soltera, me gustaría tu mano, sé mi reina y casate conmigo.- contestó sin ningún rodeo.
-No podría casarme contigo, Apolo, no puedo estar cerca de ti, yo te desprecio por lo que me hiciste.
Era sincera acababa de salir de un matrimonio horrible, con un marido que no quería, no iba meterse de lleno en otro con alguien que temía y le había engañado y mentido desde un principio, y menos con alguien que viviría por siempre, al menos con Heralto tenía la certeza de que un día acabaría.
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La Indecisión del Sol
أدب تاريخيHeralto hizo una promesa hace diez años con el dios Apolo le daría la mano a una de sus dos hijas, si el dios le concedía un hijo varón. Diez años después Apolo viene a cobrar su trato esperando escoger a una de las dos princesas que son catalogadas...