CAPITULO 49 "Diosa"
Los miembros del consejo del reino de Kricia estaban muy confundidos ya que él regente Proteo había levantado una asamblea a media noche, pero Proteo parecía confundido ya que el pensaba que había sido el consejo.
-Entonces sino fui yo y tampoco ustedes ¿quien solicitó la asamblea?
-Yo fui.
En eso entró Adara a la habitación, todos se quedaron mirandola con la boca abierta, todos sabían que ahora era una diosa, los dioses nunca se metían tan directamente en el gobierno, había algunos que no creían lo que veían, pensaba que había sido una historia que la nueva esposa de Apolo no podía ser su reina, pero a decir verdad era ella aún tenía ese caminar majestuoso y elegante, pero ahora parecía estar más llena de vitalidad, poder y se veía enojada.
Todos se inclinaron ante ella.
-Reina Adara, no pensabamos que nos iba honrar con su visita, probablemente nuestro pequeño reino ahora le es muy insignificante en comparación de...
-Ustedes están conspirando contra mi hijo, un niño de once años, y su rey.- los acusó lanzandole una mirada fulminante a todos.
Adara había visto la conspiración, Proteo se había comprometido con su hija menor y él día siguiente de la boda su hijo moriría por un extraño accidente, así Proteo por ser hermano de Heralto y estar casado con su sobrina sería el legítimo heredero al trono, ya que se había encargado de matar al otro hijo pequeño que Heralto había reconocido unos meses antes de morir.
-No sé lo que escuchaste, puede que hayas confundido las cosas.
-Te vas a casar con mi hija, tú sobrina, ¿como te atreves?- preguntó indignada a su ex cuñado, nunca había sentido tanta furia, no solo era por el hecho de que estaba planeando asesinar a su hijo, y casarse con su hija a la fuerza, sino que la furia era demasiado para un mortal.
-Diosa Adara nosotros...- comenzó hablar un miembro del consejo.
-¡Y ustedes lo apoyan! ¡Saben este complot no han hecho nada para evitarlo! Ustedes que trabajaron junto a mi durante varios años.- de nuevo los calló sentía que su piel ardía, lo podia ver en el rostro de los otros porque a pesar de ser plena madrugada y que solo unas cuantas velas estaban prendidas dentro de la sala parecía que era pleno día, y varios miembros del consejo se tapaban el rostro encandilados.- ¡Son una verguenza! ¡Se supone que juraron proteger al reino y al rey!
-Su majestad, lo lamentamos, no todos estamos de acuerdo pero Proteo...
-¡Silencio!
Adara lo sabía que no todos estaban de acuerdo pero que Proteo había amenazado a su familia, pero ella solo podía ver eso como un acto más de cobardía, se volteó a Proteo vió que este se encogía un poco pero rápidamente se alzaba orgulloso.
-¿Qué vas hacer, diosa? Todos sabemos que los dioses no pueden intervenir directamente en los asuntos de los mortales, mucho menos si están involucrados sus hijos, ¿lo visitaras en sueños? ¿le advertiras con alguna señal? No puedes hacer mucho más- su mirada era retadora sabiendo que tenía la razón.
-No debiste meterte con mis hijos, Proteo, debes saber que a mi esas leyes no me importan.
Entonces con un movimiento de mano los demás miembros del consejo empezaron a desintegrarse, abrazados por la luz que emanaba matandolos a todos, la furia de Adara por fin había explotado, Proteo miró la escena asustado, intentó huir pero fue demasiado tarde porque el comenzó a combustionarse como el resto del consejo. Entonces la sala perdió la luz cayó casi en la oscuridad, Adara parpadeo un par de veces, volteó hacía su alrededor mirando las ceniza la furia irracional se había reducido a más de la mitad, y entonces sintió miedo solo pudo preguntarse:
-¿Qué fue lo que hice?
Empezó a dar vueltas dentro de la habitación asustada, nunca se había sentido así, casi parecía como si algo más la hubiera invadido, casi conocía a todos lo miembros del consejo, y no solo a ellos había conocido a sus esposas y sus familias, habóa matado al consejo de su propio reino, los hombres que se encargaban de mantener a Kricia estable, intenó utilizar su magia para intentar volverlos a la vida, pero la ceniza solo se arromolino, entonces fue cuando se permitió soltar sus primeros sollozos horrorizado por lo que había hecho. En eso sintió una mano calida en el hombro, volteó hacía arriba y vió Apolo que miraba la sala con miedo y le preguntó:
-Adara ¿qué mierda hiciste?
Negó con la cabeza.
-Quería casarse con mi hija, matar a mi hijo para quedarse con el reino y solo enfurecí, ¿porque me mentiste Apolo? Tú me dijiste que todo estaba bien.
Una parta de Adara culpaba a Apolo por lo que había hecho, si este no la hubiera tenido retenida en la isla, sino le hubiera bañado el penasamiento con ideas de que todo iba bien con sus hijo tal vez no le habría tomado de sorpresa la conspiración y no hubiera estado tan furiosa, tal vez habria manejado esa situación de una manera totalmente diferente.
-No podía involucrarte Adara, rompiste una ley de Zeus.
Ni siquiera había pensando en eso, en realidad era lo que menos le había preocupada, pero Apolo parecía que era lo que más le preocupaba.
-Tenemos que... tenemos que esconder este hecho, debemos buscar unos actores que finjan que son ellos y...
-¿De que hablas? Apolo porque...
Pero antes de que su esposo podría decir algo más unas cadenas salieron del suelo se enredadon en la múñecas y tobillos de él, este intentó soltarse pero no pudo.
-¿Qué está pasando?
-El castigo- le respondió intentando soltarse.
-¿Qué castigo?
-Dije que me hacía responsable de tí, de todo lo que hicieras y rompiste una regla importante...- tras decir eso desapareció lanzandole una última mirada.
-¡Apolo!- gritó su nombre llevandose una mano al collar que le había regalado pero por primera vez en mucho tiempo no lo sentía, no sabía en donde estaba.
Fue primero a los aposentos de su hija, más bien apareció en su habitación, Kaia la miró con sorpresa antes de que pudiera preguntar algo, Adara se adelantó:
-La boda ha sido cancelada.
-Es tu culpa ¿ahora que hiciste? ¿como me has arruinado la vida?
-No me hables así Kaia, sigo siendo tu madre y ahora soy una diosa, así que sigueme vamos por tu hermano, tú tío ha muerto.
-Eres un monstruo.- escuchó que susurraba.
Otra vez sintió en un pequeño momento aquella un poco de aquella furia anterior, llegó a la habitación de su hijo, con un movimiento de mano durmió a los dos guardias, al entrar su hijo le lanzó una mirada emocionada
-¡Mamá! Estás aquí.
-Alejandro estas muy grande, me gustaría quedarme a platicar pero hay cosas que hacer.
Su hijo estaba más alto pero seguía siendo un niño, pensó.
-¿qué pasó, mamá?
-Ahora serás rey.
-¿y nuestro tío? Pensé que iba a gobernar hasta que cumpliera la mayoría de edad.
-Tienes que ser un rey justo, hacer tu propio consejo con gente en que puedas confiar.
-Pero...
-Estan muertos todo el consejo, y algunos guardias, llamaré a tu tía, ella sabrá guiarte, ella también ha sido reina, y confió en ella más que en nadie.
Gracias por leer
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La Indecisión del Sol
Historical FictionHeralto hizo una promesa hace diez años con el dios Apolo le daría la mano a una de sus dos hijas, si el dios le concedía un hijo varón. Diez años después Apolo viene a cobrar su trato esperando escoger a una de las dos princesas que son catalogadas...