11. Expedición Nocturna

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CAPITULO 11. "Expedición Nocturna"

Desde que había hablado con Apolo no había dejado de pensar en él, algo contraproducente porque no la dejó concentrarse en las celebridades de ese día, quisiera decir que no tenía idea de lo que sucedía, pero es lo sabía, quería ir al bosque a medianoche para encontrarse con él dios, lo quería ver, lo necesitaba ver.

En ese momento quisiera tener una confidente en la corte, se hablaba con unas cuantas esposas de los generales y nobles, pero no una amistad, al ser la reina las personas se acercaban a ella por mero interés o en busca de tener información crucial, no podía llegar con alguien y decirle que el dios del sol la había citado en el bosque en la medianoche a solas, eso si sería un gran escándalo. En la única persona que confiaba era en Jenara y se había ido, nunca como ese día se había dado cuenta lo solitario que era ser reina.

Cuando todos se fueron a dormir se quedó pensando en como podría salir en sus aposentos sin ser vista, porque si la veían salir seguramente un guardia insistiría en seguirla, y luego pensó en que estaba actuando como una jovencita enamorada, y eso la hacía sentir vergüenza, aunque si lo pensaba nunca tuvo la oportunidad de tener un amorío juvenil sus padres la habían casado demasiado joven.

Era cerca de la medianoche seguía encerrada en su habitación pensando en que hacer, al final, se quiso justificar iría a ver a Apolo para hablar de Alejandro y para ponerle un alto, entonces se espero al cambio de guardia, y salió por la ventana sintiéndose a un más tonta por actuar de esa manera cuando se suponía que era una adulta, era la reina, no tenía que escaparse y escabullirse de su palacio, pero aún con ese pensamiento se ocultó bajo la capucha de su capa, e intentó moverse con cuidado.

Cuando llegó al bosque se dio cuenta de que no sabía en donde lo iba a ver, solo decía que en el bosque pero jamás específico en que parte, así que mientras caminaba a oscuras con la única iluminación de la luna llena, sintió un gran miedo, ya que podía escuchar los aullido de un lobo a lo lejos, el movimiento de alguna criatura por la maleza y aquella sensación de observada todo el tiempo.

-¿Apolo?- preguntó mirando a su alrededor si rastro del dios del sol, entonces estuvo convencida de que algo la acechaba en lo oscuro al escuchar un gruñido, así que sacó la daga que tenía guardada en su capa, no planeaba salir al bosque completamente desarmada, se quedó completamente quieta antes de sentir como algo pesado caía sobre ella derribándola al suelo.

Un perro gigante le gruñó en la cara, e intentó clavarla el cuchillo, pero fue inútil porque el perro estaba encima de ella, y cuando sintió que estaba a punto de hacerla pedacitos con sus dientes, el perro cayó a un lado de ella, y vio que en su costado se habían clavado dos flechas doradas.

-¿Estás bien?- preguntó Apolo dejando de lado su arco, inspeccionándola y luego le dio la mano para ayudarla a ponerse de pie. – Un perro del inframundo, tienes una jauría de esos en este bosque deberían organizar una caza para exterminarlos son peligrosos.

-Pudiste llegar antes.- le reclamó intentando recuperar la compostura aunque todavía sentía demasiado miedo, se acomodó la capucha sobre la cabeza volteó a su alrededor tal vez esperando ver otro perro o algún guardia que la hubiera seguido, en ese momento no sabía que le aterraba más.

-¿Tienes un cuchillo?

-Una daga.- dijo mientras la tomaba de nuevo de protección aún esperando que algo saliera de los arbustos.

-No tienes idea de como usarla, ¿no es así? La estas agarrando demasiado mal, así solo lograras rebanarte esas bonitas manos.

-No fui educada para pelear.

-No debes preocuparte estoy aquí, nada te hará daño mientras este yo aquí.

Bajó la daga pero aún seguía pendiente de lo que sucedía a su alrededor, y luego tras unos segundos volteó Apolo que ya la estaba observando en silencio, y cuando sus miradas se encontraron él le dedicó una sonrisa sin dientes que parecía bastante apaciguadora.

La Indecisión del SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora