39. Sueños

343 56 2
                                    

CAPITULO 39. "Sueños"

-Esposo he venido a...

-No me digas así, Ada.-la interrumpió Apolo. 

-Ahora eres mi esposo es como debo llamarte- respondió seria evitando el contacto visual. 

-Así le decías a Heralto, no quiero que me digas de la misma manera que como le decías a él, no quiero pensar que cada vez que me llamas lo recuerdas a él- le dijo con severidad. 

-Entiendo, no te diré como le decía a mi difunto esposo- asintió.

-Ibas a decirme algo ¿no?

Ahora veía Apolo mucho más en serio, durante la fiesta había estado bastante alegre, pero Adara pudo ver que en una de esas salió a hablar con Zeus, al parecer no le gustó mucho aquella conversación porque cuando regresó parecía mucho más serio y sus sonrisas hacía los invitados eran forzadas.

-Sí, me promestiste que podía visitar a mi hijo después de la boda, quiero visitarlo, y también a mi hermana, y a Joanna. y...

-Alto ahí, recuerdo que también te dije que no podía dejarte a solas con un mortal porque podrías hacerle daño.

-Pero...

-Alejandro, es más seguro es semidios, puedes verlo a él, solo a él, y será mejor que lo hagas en su sueños, aún así tienes que tomar precauciones, le dije a Zeus que te vigilaría ahora eres mi responsabilidad. 

Ser vigilada por Apolo era algo que no le gustaba nada. 

-¿Pero que podría hacerle? Jamás le haría daño.

-A proposito, aún no sabemos donde está tu area de dominio, y... hablando de eso hablé con mi padre. 

-¿Sobre que?

-Sobre nombrarte, darte a conocer a los mortales, dice que ya es hora de que te nombre como diosa de algo, y solo lo puede hacer Zeus. 

-¿Pero de que...?

-Las Moiras se lo diran.- evadió su pregunta. 

-Pareces preocupado,  ¿no se supone que eso es bueno? 

-Fue más rápido de lo que imaginé... creo que podría ser peligroso, contigo todo se debe hacer poco a poco, no sabemos como reaccionarás.

-¿Puedes hacer algo para evitarlo?

-No, fue una orden directa de Zeus, por ahora quiero mantener perfil bajo hasta que se olvidé el tema, igual consultaré esto con mi oraculo. 

Apolo no lo mencionaba pero Adara sentía que estaba en problemas más serios de lo que dejaba ver, aún le ocultaba cosas, se estaba guardando algo. 

-Entonces no quiero preocuparme por algo que no puedo evitar, ¿puedo visitar a mi hijo? No se meterme en los sueños de nadie, nunca lo he hecho. 

-Oh cierto, se me olvidaba, hay maneras diferentes de hacerlo.

-¿Cómo cuales?

-El tacto. 

Apolo tomó su mejilla antes de que pudiera quejarse ya no estaba más en la sala de trono del dios, incluso había desaparecido Apolo, estaba en los jardines dl palacio de sus padre, donde había vivido su infancia, era una mañana bastante frío, hace años que no visitaba ese lugar, cuando se dió la vuelta vio al dios del sol parado a unos cuantos pasos de ella. 

-Bonito lugar para soñar, aunque prefiero los climas calidos. 

-¿Estás en mi sueño? ¿pero como ni siquiera estaba dormida?

La Indecisión del SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora