𝐃𝐢𝐞𝐳

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OCTUBRE DE 1983, TIERRAS ALTAS DE ESCOCÍA, HOGWARTS.

Las semanas de Octubre se han ido volando y con ellas han llegado los exámenes.

Encantamientos no es su materia este semestre. Este último año, por primera vez, ha fallado en un examen. Horriblemente. Le faltaron tres puntos para obtener una calificación que se considere como "aprobada". Confundió los movimientos de hechizos verbales con los no-verbales y le explotaron varios en la cara. Y aún cuando sangraba por las quemaduras de las explosiones, ella siguió y siguió intentando hasta que el profesor Filius la arrastró hacia atrás y la miró con dolor a los ojos.

—Addie...—le dijo, pasándole un pañuelo para que la sangre no le corriera hasta el uniforme—Te estás explotando...literalmente.

—P-profesor...no se que es lo que sucede. Estoy aterrada, ¿Como puedo ser tan estúpida?—solloza—He estudiado tanto, no solo durante la noche, durante el almuerzo, en las tardes, todo el tiempo. Pero las palabras que vienen del latín...y luego yo- no- puedo.

—¡¿Como te atreves a decir eso de ti misma, Addie?!—jadea y un mechón de su recto cabello se eriza—Eres la mejor Slytherin de esta generación, lo prometo, solo estas estresada. Horace a comentando que te sobreexplotas demasiado, con ese trabajo y todas las asignaturas...Addie, puedes detenerte si quieres.

—Yo puedo con todo esto—afirma—solo debo aprender latín. Tratar de traducir lo que está en latín y estaré bien para esta materia...solo...debo esforzarme más.

Estaban en plena tarde porque Adeline había pedido un par de horas más para ensayar, y por ser tan buena alumna y lucir horrible cuando se lo pidió al maestro, él accedió.

Filius le dio una copa con agua y gotitas de azúcar y miel—¿El temblor en tus manos es síntoma de que estás bien? Incluso los mejores maestros en pociones se tomaban descansos.

—Eso no es nada, profesor—le dijo, tratando de apretar sus dedos alrededor de la copa para dejar de temblar—Hemos avanzando mucho en estos casi dos meses. Vamos ganando. No voy a dejar que fracasemos solo porque estoy estresada.

El profesor la miró con algo de tristeza nadando detrás de los cristales de sus lentes—Addie. Ve a descansar ahora, puedes pedirle los apuntes a tus compañeros de otras clases, o incluso a Riddle. Tom sabe latín a la perfección, dile que te ayude. Son compañeros de trabajo, supongo que ahora tienen un poco más de cordialidad.

Adeline suelta una risa muerta—Si tan solo le contara, profesor.

Durante todo octubre fue un infierno su presencia. Estaba irritado todo el tiempo, aparentemente su "ruptura" con cada chica que se envolvía con él en las sábanas lo tenía furioso. Primero fue Daphne, luego un par de amigas Hufflepuff, luego la rubia de Ravenclaw (que Adeline se enteró que se llamaba Rose ya que Anthony la detestaba) y unas jugadoras de Gryffindor.

Estaba distraído, tenso...confundia ingredientes y se cortaba los dedos, la acorraló contra la pared con un cuchillo sobre el estómago más veces de las que Adeline podía soportar. Le ofreció galeones a cambio de que ella se suicidara frente a él. Su frase favorita del mes fue "ojalá pronto te cortes las venas".

Adeline se defendió, por supuesto que lo hizo, pero ante; Riddle era como un gatito tratando de ganarle a un león. Se burlaba de ella y las humillaciones eran terribles. Sobrepasaban cada límite.

Adeline se vengó un día, escabulléndose hasta el establo y dejando que un Bowtruckle abriese la cerradura del cubículo de Eros.

El caballo corrió y voló lejos de Riddle por al menos tres horas durante la mañana. Fue un escándalo volver a atraparlo.

Paris, Texas - Tom Riddle Donde viven las historias. Descúbrelo ahora