𝐓𝐫𝐞𝐢𝐧𝐭𝐚 𝐲 𝐜𝐢𝐧𝐜𝐨

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JUNIO DE 1984, TIERRAS ALTAS DE ESCOCÍA, HOGWARTS: GRADUACIÓN.

Probablemente este haya sido el día en donde se definió que el diablo jamás perdería, quizás fue cuando anunciaron a los estudiantes destacados de cada casa y Adeline Bennet por primera vez en su vida fue un segundo lugar en la mayoría de las clases.

El tiempo transcurrió demasiado rápido.

En un abrir y cerrar los ojos, han pasado cuatro años peleando por las calificaciones. Por quien le agradaba más a los maestros. Escondiéndose sus cosas en lugares remotos, ensuciando sus uniformes cuando el otro estaba distraído. Envenenando sus comidas con venenos demasiado evidentes como para hacer caer al otro. Tom peleaba en los pasillos por dinero y Adeline era la primera en correr para dar aviso que le estaban destruyendo la nariz a uno de sus amigos y que Tom Riddle era el culpable.

En un abrir y cerrar de ojos, Adeline había entrado al equipo de Quidditch a la vez que Tom aparece en los campos con una bestia del color de la noche a su espalda, mientras todos se preguntan como es que alguien tan pobre como Riddle consiguió a un caballo con tanta pureza en la sangre, eventualmente se convierten en buenos deportistas, ahora tenían un nuevo lugar que pelear: quien de los dos sería el deportista destacado del año. Dedicándose miradas furiosas mientras Adeline volaba en su escoba y Tom en su corcel.

En un abrir y cerrar de ojos, han florecido y han crecido, se han afilado como una daga y están sangrando en el salón de Snape, con las venas hirviendo de rabia y ganas de seguir en combate, cumplieron los dieciséis y con ello nacieron las ganas de una venganza cruel. Leyendo como enfermos y desquiciados durante las noches, buscando un hechizo lo suficientemente fuerte como para provocarles un derrame cerebral o una hemorragia masiva y así quitarlos de su camino. Aprobando y Aprobando exámenes y trabajos. Peleando por el primer puesto que hasta aquel año siempre se lo llevaba Adeline a casa.

En un abrir y cerrar de ojos estaban trabajando codo a codo, con un plan grotesco bajo la manga, que evoluciona y cambia cuando da resultados. Entonces un día ya estaban en su ultimo día, siendo reconocidos a nivel mundial por ser los más jóvenes en dominar el arte de las pociones. De la nada habían dejado de odiarse y detestarse, y ahora estaban comprometidos. Iban a casarse en lugar de matarse. Una contradicción monumental en sus vidas. Dormían juntos cada noche, él la atraía a su cuerpo y ella se aferraba. Eran uno solo.

Pero Adeline, esta vez, había perdido.

Estaba allí, de pie junto al primer lugar: su prometido. Quién sonreía con placer y miraba directamente hacia la cámara como un amante mira a otro al despertar por la mañana. Con sus hipnotizantes ojos azules brillando como las aguas de la diosa marina Tetis. Las sonrisas se desplegaban ante él como los girasoles buscan al sol.

Y ella era el segundo lugar.

Primer perdedor. El casi triunfador. No suficiente como para ser excelente.

Cumplió los dieciocho hace un par de días atrás, exactamente el 24 de Junio de 1984, había pasado su cumpleaños en su habitación con sus amigos, bebiendo Vino blanco en tazas de té mezclado con vodka y fresas, envolviéndose en sus pergaminos llenos de anotaciones y dibujos como si fuesen su vestido, incluso tomó la celebración como su despedida de soltera, tratando de alejarse del hecho de que él no estuviese allí, yendo a nadar borrachos sobre el lago negro y apretando el anillo contra su pecho, como si el metal pudiese hacerle saber que él estaba en algún lugar del mundo apunto de regresar.

Paris, Texas - Tom Riddle Donde viven las historias. Descúbrelo ahora