𝐃𝐢𝐞𝐜𝐢𝐧𝐮𝐞𝐯𝐞

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DICIEMBRE DE 1983, TIERRAS ALTAS DE ESCOCÍA, HOGWARTS.

—¿Aceptarías asistir conmigo al baile?

Anthony Goldstein traga un gran nudo que se había formado en su garganta y se muerde el labio un momento—Me lo pensaré.

Addie luce totalmente confundida—¿Te lo pensarás?

—No soy mucho de bailes.

Hay una presión en su pecho.

—¿Pero si de desfiles?

Él suelta una risa un tanto nerviosa.

—¿A quién van dirigidas todas esas cartas que van y vienen volando?—lo cuestiona sentándose en el porta brazos del sofá—¿A tus padres?

Goldstein no la mira —Si, mayormente.

Y él en ese caso, no está mintiendo.

—¿Qué cosas hablas con tus padres que son tan misteriosas?

Lo cierto es que no hay ninguna mujer más.

—Ah, cosas de la familia, un par de mis tíos están enfermos y la situación...es cambiante—responde—Pero nada de lo que debas preocuparte.

Addie mantiene silencio y se pone de pie para buscar su abrigo oscuro como un cuervo—¿Puedo?—dijo, tomando la caja de cigarrillos de Anthony y agitándola.

—Por supuesto—responde y se endereza en el sofá de la habitación—¿Clase doble?

Ella asiente y desliza la cajita en uno de los bolsillos interiores de su abrigo—Con Gryffindor y Snape.

—Tanta entretención...

—Y luego debo correr a etiquetar una tanda de Brebaje Bocazas—suspira y se acomoda un rizo castaño y rojizo detrás de la oreja—Por eso los cigarrillos.

—¿Para la poción?

—Para prepararme mentalmente.

Luego de aquella mañana sangrienta y dolorosa de Noviembre, las cosas con Riddle habían fluido con la misma normalidad de antes, comentarios dándole ideas de cómo suicidarse, humillaciones e insultos, una montaña de amenazas y más de un intento de apuñalada.

—¿Dijiste que tenías clases con Snape?—jadeo—Addie- Snape hará que tú y Tom...

—No, no...nada de eso—dijo, depositando un beso en sus labios. Todos sabían el nivel de enfrentamientos que ambos tenían—Hoy es solo teoría de las artes y un poco de lecciones de Historia de la Magia. Mucho que escribir. Nada de combate.

El rubio luce totalmente aliviado—Te veré en el almuerzo entonces.

Y Addie toma sus cosas y se marcha aún cuando falta demasiado para el comienzo de la primera clase del día, pero la mayoría prefiere llegar incluso dos horas antes a las clases de Snape que tener que golpear a su puerta una vez ya todo había comenzado.

Camino al salón (y despacho) de Snape, mientras su abrigo ondulaba al viento y su paso se veía despreocupadamente majestuoso, diviso cruzando el prado al grupo prometedor de Slytherin, cada uno iba ensimismado en un cigarrillo y la idea de que la vieran le produjo una inexplicable ansiedad, se escondió detrás de un portal y esperó a que la adelantaran.

Tom Riddle iba en el centro, con su abrigo agitándose contra la fría brisa de los fines de otoño y el humo colándose desde su boca hasta su rostro y luego bailando contra el frío, mientras Nott y Malfoy jugueteaban entre ellos y Pucey junto a Avery trataban de encender otro cigarrillo.

Paris, Texas - Tom Riddle Donde viven las historias. Descúbrelo ahora