MAYO DE 1984, TIERRAS ALTAS DE ESCOCÍA, HOGWARTS.
Ojalá aquel último día de Diciembre hubiera sido el final.
Ojalá la historia no hubiese continuado.
Adeline Bennet se fue unos días antes a Hogwarts, quería organizar el laboratorio, su habitación y necesitaba procesar todo el invierno en la finca en su propia soledad.
Al irse dejó a un joven con las palabras en la boca mientras la observaba alejarse el auto con a Anchise al volante en medio de una finca al norte de Italia.
Ojalá Adeline las hubiera escuchado.
Si tan solo se hubiese quedado un minuto más...
Se reencontraron, continuaron, avanzaron y se llamaron en medio de la noche.
Tom la solicitó frecuentemente.
Solo es sexo. Al menos en un comienzo fue solo eso.
Solo debía ser sexo.
Solo era sexo.
Y luego se convierte en algo más.Él para ella así como ella para él es una novedad a la que disfrutar.
Luego de que los deberes como Prefectos terminasen a última hora de la noche, se mantenían frente al otro durante un momento, siendo envueltos en una melancolía y miedo mientras se miraban a los ojos y no sabían como seguir, si debían despedirse o agarrarse de la mano para irse a la cama.
Pero luego, la mayor parte de las veces Tom la arrastró hasta su habitación y apenas cruzaban la puerta, la besaba y acunaba su rostro en sus manos, entonces sentía que era capaz de respirar por primera vez en el día.
Adeline al comienzo, siempre esperó que esa desesperación se consumiera en una noche a la semana.
Pero unas semanas después, es algo casi de todos los días.
Siempre en secreto.
Jamás había esperado que él estuviera tan obsesivamente atento a ella. La observaba de una manera posesiva desde el otro lado de los salones de clase, desde las gradas mientras volaba en su escoba y desde el lomo negro de Eros. La forma cuidadosa con que la estudiaba como si fuese alguien que llegaba a su vida desde la Luna. Ella no pensó en la sombra de nostalgia y curiosidad que desencadenó en él, como una lluvia suave que empapa los recuerdos de un pasado distante.
Han sido muchos años de odio y dolor, pero ahora, él está en su cama y ella lo está abrazando. Como si tuviese miedo a que alguien la despegase de aquel cuerpo caliente que la aleja del frío.
Luego de que Adeline le preguntase una vez durante algún día, antes de que el Sol saliese, si no se quedará con ella un segundo más, él sonrió, guardando un secreto detrás de aquella expresión y diría:—Prefiero retirarme con las sombras.
ESTÁS LEYENDO
Paris, Texas - Tom Riddle
Random𝐏𝐀𝐑𝐈𝐒, 𝐓𝐄𝐗𝐀𝐒 Ella era la Estrella que más lo odiaba a él: él era la noche misma. Mientras trabajan en el asunto que los han obligado a realizar; Él la mira, una sonrisa lobuna, recelosa, llena de secretos que se cuelan por la oscuridad de...