𝐕𝐞𝐢𝐧𝐭𝐢𝐬𝐢𝐞𝐭𝐞

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DICIEMBRE DE 1983, EN ALGÚN LUGAR AL NORTE DE ITALIA.

Se ha desatado una lluvia furiosa. La luz se ha cortado y Horace conjuró varias velas de fuego infinito para iluminar la enorme casa.

Adeline se encuentra comiendo un postre en la cocina mientras Mafalda amasa un rectángulo que luego se convertirá en tarta de duraznos, la luz es tenue y desdibujada, el sonido furioso de la lluvia es envolvente mientras la conversación fluye.

—Ah, ma ho visto come ti guarda mentre studiate...oh, pero he visto como te mira mientras estudian.

Adeline siente que se sonroja mientras la cuchara resuena contra el plató de cristal—Con odio? ¿Con odio?

—No, l'opposto. Se quegli occhi azzurri potessero parlare... No, lo contrario. Si esos ojos azules pudieran hablar...oh Ade-Ade...Se muere por besarte.

Siente que se le forma un hueco en el estómago—Mi ha ferito molte volte, Mafalda. Lui non prova altro che odio per me. Me ha herido muchas veces, Mafalda. Él no siente más que odio hacia mí. Es un manipulador. Está usando sus encantos contigo para caerte bien.

—Ma se l'estate scorsa è stato davvero gentile con me. Il suo fascino è naturale, non forzato. Pero si el verano pasado fue realmente amable conmigo. Su encanto es natural, no forzado.

—Mafalda...—comienza, acercándose a ella y apoyándose contra el lavaplatos—¿Qué hacia él aquí el verano pasado?

—el señor Horace lo invito como Studente d'estate. Se quedó aquí durante todo el calor y me ayudó a cortar cipolla, pomodori e basilico para hacer la salsa—dijo, mezclando los idiomas—¡Todo un principe!

La lluvia sigue rugiendo fuera y hay un trueno furioso que mueve toda la casa. Pero ninguna de las dos se inmuta.

Adeline guarda silencio un momento. Anthony no ha respondido a su carta, probablemente quiere mantenerse alejado por un tiempo, pero aún así ella siente ese hueco en el estómago, ese dolor en el pecho, la despedida no fue demasiado apropiada, debieron tener una noche más juntos, piel con piel, Adeline hubiera llorado sobre su hombro y luego él la hubiese besado.

"Querido Anthony: aún te quiero, fuiste un gran amigo, ¿Podrías responderme? Necesito hablarte"

Pero él prefirió callar. Esperar hasta último momento y marcharse, dejándola con las palabras en la boca.

—Verranno a cena alcune famiglie del paese—dice sacándola de sus pensamientos—y creo que vendrá otra alumna de Hogwarts.

—Diana, si, lo sé, me llamó esta mañana.

Adeline deja el plato en el lavabo y sube a darse una ducha ardiente.

Las vacaciones se extenderían un par de días. El ministerio lo decidió y no se dieron muchas declaraciones al respecto.

El agua le recorre el cuerpo.

Se envuelve el cuerpo con una toalla y camina hasta su habitación llena de velas levitando, iluminando un camino despreocupado hasta el suéter de Riddle.

No se lo había devuelto.

Las cosas entre ellos se habían entrelazado demasiado, y eso a ambos los asustó y los motivó a retroceder. No se hablaban excesivamente. La situación se mantenía al margen pero ambos durante la noche estaban ansiosos por golpear la puerta del otro. Querían conversar, buscar respuestas.

Adeline temblaba de frío. No tenía ropa. Se vestía como si el sol fuese fuego abrazador, pero era todo lo contrario. Le había pedido un par de pantalones a sus amigos italianos, pero no le gustaba vestir cosas que no fuesen solamente suyas. No podía ser libre de ensuciarse con lodo o mojarse contra la lluvia.

Paris, Texas - Tom Riddle Donde viven las historias. Descúbrelo ahora