Definitivamente, no había sido una buena semana para el alfa rizado. Haciendo que hasta su lobo este molesto con el. Había estado desbordado de llamadas y juntas, sin un minuto de respiro. Sumándole que el sábado debía asistir a la fiesta de Morgan, uno de sus amigos de la universidad, y Zayn le estuvo molestando todo el día porque no iba a llevar a nadie como cita. Estaba exhausto.
Y porque sea viernes no significa que ahora va a respirar, porque al parecer los viernes son los peores días de la semana. Todo el mundo está cansado y parecen muy incompetentes para hacer su trabajo bien. ¡Les pago para que hagan su trabajo bien toda la semana!
Jodida mierda, el humor que tenía. Además, había iniciado su semana el desayunar con Louis en su oficina, porque al parecer, al dulce omega le encantaba hablar sin parar, y el alfa no era quien para detener ese brillo en sus ojos.
Pero ese día, Louis le había dicho que no podía desayunar con él porque tenía una junta. Claro, el único aquí que trabaja bien es Louis. Pero no quiere que trabaje, quiere desayunar con él. Hablar con el omega, sentir cómo la habitación se llena de luz, como sus arruguitas aparecen cuando sonríe y como muerde su labio cuando está nervioso y se siente muy tímido al decir algo.
Con un suspiro, Harry se sumerge en la vorágine de reuniones y tareas pendientes. El viernes no parece ser el alivio que esperaba, sino más bien una prolongación de la agitación de la semana. Mientras navega por el ajetreo de la jornada, no puede evitar pensar en la ausencia de Louis en el desayuno.
La oficina se siente diferente sin la animada charla del omega, y Harry se da cuenta de cuánto valoraba esos momentos matutinos. Cada tarea se vuelve un poco más pesada, y el cansancio acumulado se refleja en su expresión. Siente la falta de la compañía de Louis, esa conexión especial que había encontrado en las mañanas compartidas.
A medida que avanza el día, Harry espera ansiosamente el momento de la tarde cuando, al menos, pueda liberarse de algunas responsabilidades y de su pesado lobo quien se a encargado de gruñir en el interior de su pecho.
Finalmente, el reloj marca el final de la jornada laboral. Harry toma su maletín con cierto alivio y se dirige hacia la salida, listo para enfrentar el fin de semana que se avecina. Sin embargo, en la mitad del camino choco con alguien; Louis.
Había estado tan fastidiado, y con su mente por las nubes, que ni pudo observar cuando el pequeño omega cruzó en su camino, siendo atropellado por el gran y corpulento cuerpo del alfa.
El aire se llenó de la esencia del alfa; seguía molesto, pero ahora quería besar la cara de Louis, quien se encontraba en el suelo y disculparse.
El fuerte olor a café negro y chocolate mezclado con el calmante y refrescante aroma a menta explotaron allí. Harry se agacha rápidamente, preocupado por el bienestar de Louis, extendiendo su mano para ayudarlo a levantarse.
¡Eres un maldito bruto! Discúlpate con mi omega, de inmediato.
-Lo siento muchísimo, Louis. Estaba tan distraído... ¿Estás bien? -pregunta con verdadera preocupación en sus ojos verdes, mientras la mezcla de fragancias en el aire parece embriagar el espacio entre ambos.
Louis, atontado por el impacto y envuelto en el aroma embriagador del alfa, se queda unos segundos en silencio. La fragancia de Harry lo rodea, haciéndolo sentir casi mareado. Su corazón late más rápido, y siente una extraña calidez que se propaga por su cuerpo.
-Oh, sí, estoy... estoy bien -responde finalmente, aunque su voz suena un tanto distraída, como si estuviera sumido en un estado de ensueño. No puede evitar notar el olor persistente del alfa impregnándolo, como si Harry hubiera dejado su marca sin siquiera tocarlo físicamente.
Harry, aún preocupado, lo ayuda a levantarse y le ofrece una disculpa una vez más. Mientras lo hace, una chispa de reconocimiento y sorpresa cruza sus ojos al notar la reacción peculiar de Louis.
Ambos se quedan en medio del pasillo, con una conexión más intensa de lo que podrían haber anticipado, marcada por el choque accidental y la resonancia de sus aromas entrelazados en el aire.
-¿Estás bien? -vuelve a preguntar el alfa, examinando con sus ojos el rostro del omega en busca de algo fuera de lo usual.
También intenta inspirar el aire, buscando la fragancia de Louis. Pero no la recibe, solo siente su propio olor y se da cuenta de que es más fuerte y atrapante de lo que le gustaría. Le genera repulsión; ahora se da cuenta de que está frunciendo el ceño.
Louis parpadea, tratando de enfocarse en la pregunta de Harry. Siente una extraña confusión y no puede evitar notar la expresión fruncida del alfa.
-Sí, estoy bien, solo fue un susto. Gracias por ayudarme a levantar, Harry -responde Louis, pero la curiosidad y el desconcierto se reflejan en sus ojos azules mientras observa al alfa.
-¿Terminaste tu horario? -cuestiona, es la primera vez en el día que se cruza con el castaño. Quiere mantener su calor por lo menos unos segundos más.
-Así es, justo me estaba yendo, veo que usted también - murmura viendo el maletín de su jefe en su mano.
-Sí, estaba justo en eso. Disculpa por chocarte, no ha sido un buen día.-
-Esta bien, también ha sido un día difícil para mí, y disculpa por no haber podido desayunar con usted. Me ha estado encantando pasar tiempo en su oficina, hace que pase más rápido el día.-
Harry, a pesar del cansancio, sonríe ante las palabras de Louis. Una sensación cálida se apodera de él al escuchar cómo aprecia esos momentos compartidos en la oficina.
-No te preocupes, Louis. Pero ahora, espero que tengas un buen fin de semana -dice Harry, deseando que el brillo en los ojos de Louis no desaparezca con la llegada del sábado.
-Usted también...- murmura caminando hacia el ascensor, al igual que el rizado.- Creo que tomaremos el mismo.- ríe.
Y el ascensor se abre y Louis sigue riendo suavemente, iluminando el pequeño espacio. No pasa más de un minuto cuando las puertas se vuelven a abrir, avisando que ya llegaron a la salida de planta baja.
Ambos salen del ascensor, y caminan sin decir nada hasta la salida, y ahí es cuando Louis habla.
-Harry. -llama.
-¿Sí? -responde levantando su ceja.
-¿Quieres... em, quieres cenar conmigo mañana? -pregunta el omega, mordiendo su labio nerviosamente. ¡Estaba invitando a su jefe a cenar con él! Dios mío, qué vergüenza.
-Me encantaría, Louis. Pero tengo una celebración el sábado... -responde apenado, viendo cómo el brillo en los ojos del precioso omega se oscurece.
Debes llevar a mi omega contigo, o te matare.
Se ve tan tierno y tímido, atreviéndose a invitarlo fuera de su horario laboral, y el alfa se siente decepcionado al no poder asistir aunque desee hacerlo.
-Oh, no se preocupe... está bien, para la próxima- murmura Louis, intentando ocultar su decepción, pero Harry puede notarla en su mirada.
-Pero, si quieres, puedes asistir conmigo. Realmente apreciaría que lo hicieras, porque muchas ganas de ir tampoco tenía -suelta el alfa, haciéndole caso a su lobo.
Ir con el omega lo ayudaría. En primer lugar, Zayn dejaría de molestarlo por ser un alfa sin omega. En segundo lugar, conocería más al lindo omega. Y tercero, tal vez pueda comenzar a cortejarlo.
Louis levanta la mirada, sorprendido y con un atisbo de esperanza en sus ojos azules.
-¿En serio? ¿Quiere que lo acompañe? -pregunta, y su voz refleja una mezcla de incredulidad y felicidad.
-Sí, por supuesto. Será agradable tener compañía, y no hay nadie más con quien preferiría estar -responde Harry, ofreciendo una sonrisa sincera.
Louis, ahora con una sonrisa radiante, asiente emocionado.
-Estaré encantado de acompañarlo, señor Styles. ¡Gracias! -exclama Louis, y la emoción en su voz es palpable.
Así, entre risas y una nueva luz en sus ojos, ambos caminan hacia sus respectivos destinos de fin de semana, con la promesa de una celebración que podría cambiar el rumbo de su relación laboral.
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Vínculos Profundos
RomanceEn un mundo donde las jerarquías laborales estaban marcadas por prejuicios injustos, Louis encontró su escape. Trabajando con el apuesto y amable alfa Harry en la empresa Styles, dejó atrás a su antiguo jefe, un insensible idiota que había limitado...