Realidad

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Oficialmente de vuelta al trabajo después de dos semanas, Harry nunca antes había estado ausente de la empresa por tanto tiempo y agradecía volver. La empresa no era lo mismo sin su dueño.

Después de muchos gruñidos por parte del alfa hacia el omega para que le permitiera tomar su cintura y caminar por los largos pasillos de la empresa, este finalmente cedió. Después de todo, eran novios y habían aceptado su destino. ¿Por qué ocultarse cuando se amaban?

-Mhm, me gusta que todos sepan que eres mi omega -ronroneó Harry, tomando la cintura del castaño y aprisionándolo contra el auto-. Todos sabrán que le perteneces a alguien. ¿Qué piensas al respecto?-

-¿La verdad? Espero que así todas las omegas dejen de mirarte como un pedazo de carne -respondió Louis con una expresión divertida-. Es realmente molesto.-

-¿Mi omega está celoso, eh? -rió Harry, besando su cuello.

-No eres ningún trozo de carne, y si lo fueras, serías mío -afirmó Louis con convicción.

-Claro, omega. Como digas. ¿Estás listo? -preguntó Harry, tomando su mano.

-Sí, estoy listo -respondió Louis, entrelazando sus dedos con los de Harry mientras caminaban hacia la entrada.

Después de un largo suspiro, entraron al edificio. Harry se encargó de liberar las feromonas necesarias para impregnar todo el cuerpo del omega, tranquilizando sus nervios en el proceso.

-Buenos días, señor Styles. Es bueno tenerlo de nuevo -saludó una de las secretarias en la entrada.

-Muchas gracias, Lily. Es bueno estar de vuelta -respondió Harry con una sonrisa cortés.

Harry asintió con una sonrisa, agradeciendo la bienvenida. Observó con satisfacción a Louis a su lado, notando las miradas sorprendidas y los susurros que se desataban a su paso por los pasillos de la empresa.

Mientras avanzaban, era evidente que la noticia de su relación estaba causando revuelo entre los empleados. Harry se mantuvo sereno, decidido a no permitir que las reacciones a su alrededor afectaran su día o su relación con Louis.

-Omega, ¿cómo te sientes? -preguntó Harry en voz baja, notando la tensión en el ambiente.

Louis asintió con nerviosismo, consciente de las miradas y los murmullos a su alrededor. -Estoy bien, Harry. Solo un poco abrumado. -respondió mientras ingresaban al ascensor.

Una vez dentro del ascensor, Harry continuó sosteniendo a Louis. Mientras las puertas se cerraban, dejando atrás el tumulto de las miradas curiosas.

Harry, con su aliento cálido rozando la piel de Louis, le susurró al oído con voz ronca. -Tengo al novio más hermoso, al omega más bello.-

Louis no pudo contener una risa juguetona ante las palabras de Harry, que resonaba en el pequeño espacio del ascensor. Intentó alejar con delicadeza el gran cuerpo de su alfa de él, pero Harry se aferraba de su cintura, como si quisiera protegerlo del mundo exterior.

-Siempre tan halagador, jefe -respondió Louis con una sonrisa.

El ascensor continuaba su ascenso lento y constante El ascensor comenzó a ascender lentamente, cuando sus labios se encontraron suavemente con cada centímetro del rostro de Louis, depositando besos llenos de cariño y ternura.

El aroma embriagador de Harry llenaba los sentidos de Louis, recordándole una vez más lo profundamente conectados que estaban. Cada roce de los labios de Harry en su cuello, justo donde debería estar la marca de su unión, enviaba corrientes eléctricas de deseo y pasión por todo su cuerpo.

-Mhm, mi omega -ronroneó Harry, su voz cargada de deseo mientras sus labios exploraban la piel de Louis, buscando el lugar donde su marca debía reposar.

Un suave gemido escapó de los labios de Louis, sus piernas temblaban ligeramente mientras se aferraba a los hombros de Harry en busca de apoyo.

-Hazz -gimió Louis, dejando escapar un suspiro de placer mientras apoyaba su cabeza en el espejo del ascensor.

En ese preciso instante, el pitido indicando que habían llegado a su piso resonó en el pequeño espacio del ascensor. Harry se separó del cuerpo de Louis, dejándolo con las piernas ligeramente tambaleantes mientras sostenía su cintura con firmeza, esperando pacientemente a que las puertas se abrieran nuevamente.

Cuando las puertas finalmente se abrieron, Louis se sintió repentinamente consciente de las miradas curiosas que los rodeaban. Su rostro ardía aún más intensamente, si eso era posible, mientras salían del ascensor. Harry, por otro lado, parecía radiante, como si llevara su orgullo por haber dejado a Louis en ese estado como un estandarte.

Con paso seguro y gesto afectuoso, Harry avanzó con Louis hacia su oficina, sosteniendo su cintura con firmeza. Mientras caminaban por el pasillo, Harry sonrió con amabilidad a Beatrice y Megan, las dos secretarias que estaban ocupadas en sus respectivos escritorios.

-Buenos días, señor Styles -dijeron al unísono Beatrice y Megan mientras se ponían de pie frente a su jefe.

-Buenos días, ¿Beatrice, podrías traer el desayuno para mí y mi omega, por favor? El de siempre -solicitó Harry con naturalidad, pero sus palabras resonaron en el aire de la oficina de manera notable.

En ese mismo instante, ambas secretarias intercambiaron miradas sorprendidas. Harry Styles, su jefe, ese alfa pura sangre que nunca había traído pareja antes, acababa de llamar a su empleado como su omega. Louis parecía visiblemente feliz ante esto, con mejillas sonrojadas mientras bajaba ligeramente la mirada a sus pies.

-Si, enseguida señor Styles -respondió Beatrice con una mezcla de sorpresa y respeto, mientras se apresuraba a cumplir la solicitud de su jefe.

Megan asintió con un gesto de asombro, sintiendo la energía cambiante en la habitación. La declaración de Harry había dejado claro que la relación entre él y Louis trascendía lo profesional.

El ojiverde llevó a Louis a la oficina, abriendo la puerta para él con un gesto caballeroso y luego cerrándola tras ellos con suavidad.

Sin perder un instante, Harry se acercó a Louis, sus ojos brillaban con deseo mientras sus manos encontraban el rostro del omega. Sin palabras, el alfa inclinó su cabeza y capturó los labios de Louis en un beso apasionado, como si estuviera ansioso por expresar toda la intensidad de sus sentimientos en ese momento.

Louis se dejó llevar por la calidez de los labios de Harry, sintiendo cómo el mundo exterior se desvanecía. Con su espalda contra la sólida puerta de roble, se entregó al beso con la misma intensidad, sus manos buscando el calor reconfortante del cuerpo de Harry.

Con un movimiento firme pero gentil, Harry tomó a Louis de los muslos, elevando sus piernas y envolviéndolas alrededor de su cintura mientras avanzaba hacia su silla. Louis se dejó llevar por el gesto, sintiendo la fuerza y la ternura combinadas en los brazos de Harry.

Una vez sentados, Harry no perdió el ritmo del beso, sus labios encontraron los de Louis con pasión renovada. El roce suave de sus labios fue interrumpido por las palabras susurradas de Louis.

-Me llamaste tu omega -murmuró Louis, con una mezcla de sorpresa y afecto en su voz. -Me llamaste como tu omega frente a tus secretarias.-

-Eres mi omega, deben saberlo -gruñó Harry, su tono cargado de posesión y ternura mientras sus labios buscaban el cuello del castaño.

Louis sintió un estremecimiento recorrer su espalda ante el contacto cálido de los labios de Harry en su piel.

-Te amo, alfa -susurró Louis, dejando escapar las palabras con la misma intensidad con la que latía su corazón.

-Yo más, mucho más, mi omega -respondió. En ese momento, en esa oficina, Harry y Louis encontraron un refugio donde su amor podía florecer libremente, protegido del mundo exterior.

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