Hablar

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Después de que los siete días maravillosos llegaron a su fin, el inevitable retorno a la rutina y al trabajo los esperaba. Dejarían atrás las encantadoras playas de Francia para regresar al frío y húmedo Londres.

Sentados a la mesa para almorzar, ya habían preparado todo para el viaje de regreso. Después de comer, tomarían el avión de vuelta a su hogar.

-Lou, hay algo que debo decirte -murmuró, tomando la mano del omega frente a él.

-¿Qué pasa? ¿Estás bien, alfa? -preguntó con preocupación, frunciendo el ceño.

-Oh, sí, mi vida. Estoy bien. ¿Y tú? -respondió.

-Hmm, sí, solo un poco triste por tener que volver. Pero ya es hora -dijo con resignación.

-Si, pero podremos volver cuando lo desees, omega.- prometio.

-Gracias, Harry. ¿Pero que es eso que quieres decirme? Me estas asustando...-

-Oh, sí. Cuando volvamos, te llevaré a casa y te tomarás el día para descansar por el jet lag. Así comenzarás la semana renovado. Yo iré a la empresa, realizaré algunas llamadas y resolveré algunos asuntos. Esta semana no podré ir a trabajar, por eso quiero que recibas algunas de mis llamadas mientras esté ausente.- informo.

-¿No irás a trabajar por otra semana? ¿Hay algo mal? Harry, me estás preocupando...-

-No hay nada mal, omega. Está todo bien. Es solo que mi celo comenzará, y por eso no podré ir al trabajo. No quiero que te preocupes, estaré bien.-

-¿Vas a pasar tu celo solo? -cuestionó Louis preocupado- ¿No quieres que te ayude?-

-No es la primera vez que paso un celo solo, omega, y no es que no quiera que me ayudes. Solo creo que no es el momento, y sé que Onix me está odiando por decirte esto. Pero ninguno de los dos podría perdonarse si te hiciéramos daño, menos durante un celo.-

-No me harás daño -insistió Louis.

-No sabes cómo actúo durante los celos, Louis, no sabes cómo un alfa puro actúa durante los celos, y no puedo arriesgarme a lastimarte.-

-¿Así que nunca me dejarás ayudarte? -cuestionó, mordiéndose el labio- ¿Nunca podré ayudar a mi alfa durante su celo? -preguntó, sintiendo cómo sus ojos se llenaban de lágrimas- ¿Me crees tan inútil que no puedo ayudar a mi alfa durante su celo? Para informarte, ¡no soy ninguna muñeca de cristal que se pueda romper! Ya me rompieron muchas veces, Harry, y sigo aquí. Tú no tienes ni la menor idea de todo lo que pasé antes de conocerte a ti, así que no des nada por sentado. Porque creo que puedo satisfacer a mi alfa en un contexto tan natural como su celo.-concluyó, mientras pasaba su mano por su mejilla, limpiando sus lagrimas.

Harry miró a Louis con tristeza, sintiendo cómo sus palabras habían herido a su omega más de lo que había imaginado.

-Lou... sabes que no es eso a lo que me refiero. Sabes que yo no pienso eso de ti, sé que no eres ningún inútil y que eres capaz de muchas cosas. Sabes que lo creo -murmuró, su voz cargada de pesar mientras observaba a su omega sufrir por su culpa, lo cual era lo último que deseaba que ocurriera.

-¡No, no lo sé! No sé a lo que te refieres. Después de todo, puedes ser un alfa más del montón -gruñó Louis, levantándose de la mesa con furia -. Nos vemos en el avión.- concluyó, tomando su bolso con determinación antes de alejarse.

Harry se quedó allí, sintiendo el peso de las palabras no dichas, deseando poder retroceder en el tiempo y elegir sus palabras con más cuidado. Sabía que había herido a su omega, y la sensación de culpa le pesaba en el pecho mientras veía partir a Louis.

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