La persistente sensación de tener a Louis entre sus manos seguía vibrante, sumergiéndose en el ritmo de su cadera al compás de la música, mientras ambos compartían risas y complicidad.
Con resolución, llegó a la conclusión junto a su lobo de que no podían dejar de pensar en el encantador omega castaño; así que se embarcó en la misión de pedirle formalmente que le permitiera cortejarlo.
El tan esperado lunes finalmente llegó, y se vistió con su mejor traje, prestando meticulosa atención a cada detalle, desde el pulcro planchado de las mangas hasta el cuidadoso peinado de sus rizos.
De camino a la empresa, se detuvo en una floristería cercana, eligiendo con esmero una flor de temporada; un tulipán, como símbolo de su intención.
Con cuidado, eligió un delicado papel que envolvía el tulipán, una mezcla de blanco nacarado y dorado que realzaba la elegancia de la flor. Cada pliegue y doblez del papel fue ejecutado con destreza, convirtiendo el acto de entregar la flor en un gesto simbólico lleno de intención.
El alfa ingresó al lobby del edificio con una mezcla de emoción y nerviosismo. Las feromonas nerviosas revoloteaban a su alrededor, un eco sutil de su intranquilidad. Rápidamente se encaminó hacia su oficina, evitando cualquier posible encuentro con el castaño que ocupaba sus pensamientos.
Dentro de su santuario profesional, Harry cerró la puerta con suavidad y se permitió respirar profundamente. Las feromonas del alfa se mezclaban en el aire, como si su fragancia revelara la anticipación que sentía. Con meticulosidad, acomodó su portafolios y organizó algunos papeles sobre el pulcro escritorio de madera.
Después de un momento de pausa que parecía eterno, Harry marcó el número de la oficina de Louis. Cada tono resonaba como un latido acelerado en su pecho, una pulsación que reflejaba la ansiedad que bullía en su interior. Cuando finalmente escuchó la voz del otro lado, su tono se volvió suave y persuasivo, extendiendo la invitación con elegancia, mientras las feromonas del alfa se intensificaban ligeramente, como si el nerviosismo se filtrara a través de la línea telefónica.
-¿Harry? ¿Puedes oírme? -preguntó nuevamente.
-Oh, sí, lo siento. Buen día, Louis. ¿Cómo estás? -
-Muy bien, ¿y tú? ¿Desayunamos? -
-Eso es lo que quería preguntarte. ¿Puedes venir a mi oficina? - La invitación flotó en el aire, impregnada con un matiz de anticipación mientras las feromonas de Harry continuaban tejiendo la trama de sus emociones en el ambiente.
-Claro, en unos minutos estaré allí. Debo hacer una llamada antes.-
Después de la llamada con Louis, Harry colgó con suavidad y, con el pulso aún acelerado, se apresuró a marcar el número de su secretaria. Cada tono parecía urgente, reflejando la prisa que sentía por materializar sus planes.
-Hola, Beatrice. Necesito que me traigas lo de siempre lo antes posible, por favor -dijo con una mezcla de apremio y ansiedad en su tono.
-Por supuesto, señor Styles. ¿Lo de siempre incluye el café y el té de manzanilla? -preguntó la beta, captando la urgencia en la voz de su jefe.
-Exacto. Y asegúrate de que estén calientes. Tengo una reunión importante en unos minutos -respondió Harry antes de colgar.
Mientras esperaba, el alfa se sumergió en una serie de pensamientos, las feromonas aún danzando a su alrededor revelando su inquietud. La anticipación de lo que estaba por venir hacía que cada segundo se sintiera como una eternidad.
El suave golpeteo de tacones resonó en el pasillo cuando Beatrice llegó con el pedido. La puerta se abrió, revelando una bandeja con el habitual café humeante, el té perteneciente al omega y una selección de bocadillos cuidadosamente dispuestos.
-Gracias, Beatrice. Puedes retirarte -dijo Harry con gratitud, y ella salió dejándolo solo con sus pensamientos acelerados.
Mientras Harry saboreaba el primer sorbo de café, la puerta de su oficina se abrió con suavidad, revelando la figura de Louis. El omega entró con una sonrisa amigable, y las feromonas de Harry, ahora cargadas de emoción, flotaban en el aire.
-¡Harry! -saludó Louis con entusiasmo-. ¿Cómo va todo?-
-Bien, bien. Por aquí, toma asiento -invitó Harry, señalando una silla frente a su escritorio. Las feromonas del alfa danzaban, reflejando una mezcla de nerviosismo y anticipación.
Louis se acomodó, y el aire pareció vibrar con una energía especial. La bandeja de bocadillos y bebidas estaba en el escritorio, esperando a ser disfrutada durante la reunión que prometía ser más que una discusión laboral habitual.
-¿Está todo bien? Te noto algo nervioso -cuestionó Louis, entrecerrando los ojos con curiosidad.
Harry se aclaró la garganta, sintiendo la intensidad del momento. Las feromonas del alfa se intensificaron, revelando su inquietud. Con un suspiro, decidió abordar la raíz de sus emociones.
-Bueno, la verdad es que hay algo que quiero preguntarte, Louis. ¿Estás... estás soltero? ¿O tal vez... estás abierto a algo más? -tartamudeó ligeramente, buscando las palabras adecuadas mientras sus feromonas revelaban una mezcla de ansias y temor.
Louis sostuvo la mirada de Harry, notando la vulnerabilidad en sus ojos. Una sonrisa sutil apareció en el rostro de Louis antes de responder.
-Sí, Harry, estoy soltero y definitivamente abierto a algo más.-
¡Es nuestra oportunidad!
El alfa le extendió un tulipán rosado, un gesto que parecía anticuado pero lleno de intenciones. -Este tulipán representa algo especial. ¿Aceptas mi cortejo, Louis?- preguntó, con un brillo de nerviosismo y esperanza en sus ojos.
Por favor omega, di que si.
Louis aceptó el tulipán con gratitud y curiosidad, sus ojos fijos en la flor que sostenía en sus manos. El gesto le pareció encantador, pero a la vez algo inusual, considerando la modernidad de su entorno laboral.
Louis, sorprendido pero intrigado, asintió con una sonrisa. -Es ciertamente inusual, pero... sí, acepto tu cortejo, Harry. -Sus palabras estaban acompañadas de una chispa de emoción.
Harry, con una sonrisa nerviosa y aliviada, se aventuró un poco más en el terreno desconocido del cortejo.
-Me alegra escuchar eso, Lou. ¿Te gustaría salir conmigo esta noche? Podríamos tener una cena o hacer algo que prefieras. -preguntó Harry, sus feromonas ahora expresando una mezcla de esperanza y deseo.
Louis, con una expresión de sorpresa, procesó la propuesta antes de responder. -Hoy en la noche suena bien, Harry. Podríamos cenar juntos. -La respuesta de Louis estaba acompañada de una curva en sus labios y un brillo de expectación en sus ojos.
La oficina, por un momento, se llenó de una atmósfera especial, donde las formalidades del trabajo se desvanecieron y el cortejo entre ambos se convertía en el principal protagonista de la jornada.
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Vínculos Profundos
RomanceEn un mundo donde las jerarquías laborales estaban marcadas por prejuicios injustos, Louis encontró su escape. Trabajando con el apuesto y amable alfa Harry en la empresa Styles, dejó atrás a su antiguo jefe, un insensible idiota que había limitado...