Vínculos Profundos

Tragos

Después de un buen rato, Louis sugirió tomar unos shots. Era sábado y quería divertirse, así que el alfa rizado siguió al castaño y le preparó el trago, explicándole que él no iba a beber mucho, ya que debía manejar y asegurarse de llevarlo a casa sano y salvo.

-Harry- murmuró parándose de puntitas para llegar al oído del rizado, su voz un poco más suelta debido a los efectos del alcohol-. ¿Qué dices de bailar un poco en la pista? Quiero divertirme contigo.-

Aunque el alfa rizado no sea un hábil bailarín, sonríe ante la sugerencia del omega. -Louis, sabes que no soy exactamente el rey del baile, ¿verdad? -comenta Harry con una sonrisa divertida mientras se deja llevar por el omega hacia la pista.

-Oh, vamos, Harry. ¡Es solo por diversión! -responde Louis, riendo alegremente y moviéndose al ritmo de la música.

Harry, a pesar de su falta de habilidad en la danza, se divierte al ver la expresión animada de Louis. Los cuerpos se mueven de manera descoordinada, pero la conexión entre ellos es evidente. Mientras la música llena el aire, Louis suelta una risa contagiosa.

-¡Vamos, Harry! ¡Muévete así! -exclama Louis, tratando de guiar al alfa en sus movimientos.

-Está bien, está bien. Pero si piso tus pies, no digas que no te lo advertí -responde Harry, juguetonamente.

-¡No lo harás! - ríe tomando las manos del alfa y colocándolas en su cintura. -Yo te guiaré.-

El cuerpo del alfa se tensa mientras sostiene la fina cintura del omega, tragando saliva al sentir cómo empieza a salivar. Pero no está bien; debe mantenerse sereno, sabe que Louis no está en sus cinco sentidos y que él es su jefe.

Louis, ajeno a la tensión sutil en el alfa, continúa guiándolo por la pista de baile con energía y entusiasmo. La música animada y las risas de los asistentes forman un telón de fondo animado mientras los dos comparten el momento.

-¡Harry, tienes que soltarte más! ¡Bailar debería ser divertido! -exclama Louis, riendo.

Harry, consciente de su falta de habilidad en el baile, sonríe, relajándose poco a poco. Se deja llevar por los movimientos sugeridos por Louis, y aunque no sea el bailarín más elegante, disfruta de la complicidad que surge entre ellos, y se hace una nota mental de pensar ideas para cortejarlo.

-Está bien, Lou, lo intentaré -responde Harry, dejando que la risa fluya de manera más natural.

Mientras Harry y Louis disfrutan de la pista de baile, el aroma de Harry envuelve sutilmente a Louis. Entre risas y movimientos, el omega no puede evitar comentar:

-Tu aroma es realmente reconfortante, Hazz. Nunca lo había notado tanto antes. Hueles increíble.-

A nuestro omega le gusta como olemos, Harry.

Harry sonríe, agradecido por el cumplido, pero también consciente de que es momento de cambiar el rumbo de la noche.

-Gracias, Louis. Me alegra que lo percibas así. Pero creo que ya es hora de llevarte a casa, ¿no? No queremos que la diversión de la noche se convierta en una resaca incómoda. -dice el alfa con amabilidad.

Louis asiente, aceptando la sugerencia de Harry, y juntos se despiden de la fiesta para dirigirse al auto. Mientras conducen hacia la casa de Louis, Harry sonríe al notar que Louis se ha quedado dormido, murmurando dulces frases que le arrancan risas apaciguadas. Llegan a la casa del omega, y el alfa se toma un momento para observarlo antes de despertarlo suavemente.

-Louis, hemos llegado. Es hora de despertarse. -murmura Harry, tocando suavemente el hombro del omega. -Omega, despierta. Ya hemos llegado.-

Louis parpadea, recobrando la conciencia, y sonríe al ver a Harry. -Gracias por llevarme a casa, Harry. Fue una noche divertida. -dice Louis con voz somnolienta.

-Lo fue, Lou. Y me alegra que hayas disfrutado. A descansar, ¿sí? -responde Harry, con una sonrisa, mientras extiende su brazo hacia el omega. -Déjame ayudarte.-

Acepta la ayuda del alfa para salir del auto, sosteniéndose levemente de su brazo. Mientras sube las escaleras hacia su puerta, siente cierto temor de tropezar debido a las copas de más. Harry, observando su preocupación, decide acompañarlo para asegurarse de que llegue a salvo.

-¿Quieres que te acompañe, Lou? -ofrece Harry, notando la precaución en los pasos del omega.

-¿En serio? -pregunta Louis, agradecido por la oferta.

-Claro, no es problema. No quiero que te caigas y te lastimes. -responde Harry, colocando gentilmente su mano en la espalda de Louis mientras suben las escaleras juntos.

Louis sonríe, apreciando la atención y cuidado del alfa. Al llegar a la puerta de su departamento, se despide con una dulce sonrisa y agradece nuevamente a Harry antes de entrar. El alfa espera a que Louis cierre la puerta antes de regresar a su auto, una sensación cálida y reconfortante lo invade, sintiéndose agradecido por haber acompañado al omega. Mientras regresa a su auto, reflexiona sobre la conexión que han construido en las últimas horas.

Las luces de la ciudad destellan en la oscuridad mientras Harry conduce de regreso a su hogar. La música suave de la radio crea un ambiente relajado, pero su mente sigue ocupada con el encuentro de esa noche. Se sorprende al darse cuenta de que disfrutó más de lo que imaginaba, dejando a un lado las formalidades del trabajo.

La imagen de Louis aún flota en el auto, recordándole la proximidad compartida durante la noche. Se pregunta si esta nueva dinámica cambiará su relación en la oficina. Harry, a pesar de ser un alfa experimentado, se encuentra en terreno desconocido cuando se trata de involucrarse sentimentalmente con un compañero de trabajo.

La imagen de Louis sonriendo mientras bailaban juntos se graba en su mente, y Harry se sorprende al descubrir una sensación de felicidad en su pecho. No puede negar que algo ha cambiado, pero aún le preocupa cómo abordarán esto en el entorno laboral.

De vuelta en casa, Harry se sumerge en sus pensamientos mientras se prepara para descansar. Mañana será otro día, y la incertidumbre sobre el futuro de su relación con Louis agrega una nueva capa de complejidad a su vida.