Carcel

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No sabía muy bien qué estaba pasando. Acababan de llevarlo a una comisaría y se encontraba esposado sobre un escritorio en medio de una habitación austera y poco iluminada. El frío del metal contra su piel contrastaba con el calor sofocante que parecía emerger de su propio cuerpo. Su mente no estaba funcionando correctamente; podía escuchar murmullos de varios policías detrás de él y un leve pitido en su oído derecho, como un zumbido persistente que se negaba a desaparecer.

Pero estaba bien, excepto por ese constante dolor en su pecho. ¿Qué demonios era? Tampoco es que pudiera hacer algo al respecto, porque parecía estar en un estado diferente en el cual no podía moverse. Se sentía atrapado en una especie de neblina mental, donde las cosas eran borrosas y distantes, y su capacidad para razonar se veía comprometida.

Un oficial se sentó frente a él. Era un alfa de tez oscura, con ojos negros que parecían escudriñar su alma. Su expresión era impasible, pero Harry podía sentir la intensidad de su mirada, como si estuviera tratando de leer sus pensamientos más profundos.

-¿Puedes decirme por qué has iniciado una pelea con Nicholas Johnson? -murmuró el oficial con un tono grave, sus ojos penetrantes fijos en Harry, como si estuviera buscando cualquier indicio de culpa o arrepentimiento en su rostro.

Harry tragó saliva, luchando por encontrar las palabras adecuadas. No estaba seguro de cómo explicar lo que había sucedido, ni siquiera estaba seguro de entenderlo completamente él mismo, simplemente la furia se apodero de el. -Su nombre es Conor Murray, oficial- murmuro con una sonrisa.

El oficial frunció el ceño, aparentemente desconcertado por la revelación.

-¿Disculpe? Los documentos dicen que el alfa a quien golpeaste, quien ahora se encuentra en grave estado, se llama Nicholas Johnson -respondió el oficial, cuestionando la validez de la información proporcionada por Harry.

-Él cambió su nombre, hizo una identificación falsa. Su nombre es Conor Murray, oficial -insistió Harry, manteniendo su postura firme.

El oficial parecía escéptico. -¿Y cómo sé que usted no está mintiendo? -preguntó, desafiante.

Harry respiró hondo, tratando de contener su frustración. -Mire, mi nombre es Harry Styles. Puede buscarme. Investigue todo sobre mí, y verá que no encontrará nada. Tengo una empresa, heredada hace cuatro años, la cual mantengo a la perfección. No tengo deudas, ningún problema financiero. Oficial, no le miento cuando digo que ese bastardo se llama Conor Murray. Si no me cree, llame a mi detective y a mi abogado, hace meses que intentamos buscar su paradero -explicó con firmeza.

El oficial reflexionó por un momento antes de responder. -¿Y esto para qué, señor Styles? -inquirió, buscando entender el porqué del suceso.

-Ese hombre abusó de mi omega -acusó Harry, su voz temblando ligeramente.

El oficial asimiló la gravedad de las palabras de Harry, su expresión endureciéndose con seriedad.

-Esa es una acusación muy grave, señor Styles -respondió el oficial, consciente del peso de las afirmaciones.

Harry no vaciló en su respuesta. -Conor Murray violó y maltrató a mi omega cuando era menor de edad, llevándose diez años. Fue una relación completamente tóxica y violenta que duró hasta que mi omega, Louis Tomlinson, sufrió un colapso debido a Conor Murray, quien lo obligaba a tomar cantidades absurdas de supresores. -sus palabras resonaron en la habitación, cargadas de dolor.

El oficial escuchó atentamente las afirmaciones de Harry, su expresión mostrando un matiz de comprensión y seriedad ante la situación.

-¿Usted está afirmando estas acusaciones, señor Styles?- cuestionó el oficial, con la ceja alzada.

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