Pensamientos

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Louis disfrutaba del día, el calor comenzaba a intensificarse. Harry lo llevó a un pequeño parque y preparó un picnic especial para él. Los tulipanes, siempre presentes, añadían un toque encantador, y esta vez, un nuevo collar realzaba en su cuello.

-¿Qué es lo que sucede, Harry? Puedes decirme -preguntó el omega, sus dedos jugueteaban con el collar que el alfa le había obsequiado. Este llevaba un pequeño sol incrustado con delicados destellos, con motivo de celebrar las dos semanas de su cortejo.

Sin embargo, desde que recibió esa llamada hace días, el rizado se muestra distante, con el ceño fruncido y la mirada perdida.

-Lo siento, Lou. No puedo quitarme esa conversación de la cabeza. Es sobre mi pasado. -Harry suspiró, sus ojos verdes reflejaban una mezcla de dolor y confusión mientras compartía el peso de sus secretos con el omega.

-No debes hablar de ello si no quieres, Harry.- murmuro tomando la mano del alfa.

Harry asintió agradecido por la comprensión de Louis, apretando su mano con ternura.

-No, no es que... no quiero hablarlas contigo. Se que necesitas saber. Quiero que confíes en mí, Lou. -expresó con sinceridad, buscando en los ojos del omega la conexión que ambos compartían.

Louis le devolvió la mirada con una mezcla de cariño y preocupación.

-Confío en ti, Harry. Pase lo que pase. -dijo mientras sostenía la mano del alfa.

-Hace cuatro años, arrestaron a mi padre. Intentó una inversión con una familia poderosa, pero la transacción salió mal y lo culparon injustamente. A pesar de luchar por su inocencia, la influencia de esa familia complicó el caso. Mi madre se derrumbó al ver a su alfa tras las rejas. Con eso, mi hermana Gemma desapareció, mudándose a Italia con su pareja, sin mantener contacto. Nos dejó en el peor momento. -suspiro-. La empresa estaba en declive; nadie quería invertir ni comprar nuestras propiedades, ya que carecíamos de una cara fuerte. Con mi padre en la cárcel, mi madre sumida en la desesperación, y Gemma fuera del país, tuve que asumir la responsabilidad. Con todos los papeles en regla y siendo el menor, me hice cargo de la empresa, poniendo mi nombre en ella. Ahora, luego de cuatro años, Gemma se presentó en mi oficina, echándome en cara muchas cosas, incluyéndote a ti. Al parecer, nos vio besándonos en la salida de la empresa y asegura que me estás utilizando por el dinero, dado que soy un alfa débil. Habla de que voy a descuidar la empresa.-

-Harry... -susurro, deslizando mis manos por la mejilla del alfa.

-Sabes, ni siquiera entiendo por qué me afecta tanto. Le dije que ya no la quiero cerca, que no es más parte de mi familia. Pero mi correo electrónico está lleno de sus mensajes, no me deja en paz. Me parece muy hipócrita que critique, cuando fue ella quien se desapareció. Está bien, la empresa hubiera caído en sus manos al ser la mayor, pero no fue el caso y nunca lo será. Legalmente, es mía. - suspiró.

-Harry- llamó nuevamente. -Escúchame: no eres un alfa débil; has manejado la empresa solo durante cuatro años. Eres el mejor alfa que he conocido, y estoy muy agradecido por tu cortejo. Ella no tiene derecho de hacerte pensar lo contrario, ya que no estuvo presente en tus mayores logros en medio del caos. No dejes que sus dudas empañen tu confianza. Tienes la fortaleza para superar cualquier obstáculo. Eres un líder sólido, y nadie puede invalidar eso, Hazz-

-Gracias, Lou. Tu apoyo significa el mundo para mí. -Harry respondió con gratitud, apretando suavemente la mano de Louis.

-Gemma no tiene el derecho de cuestionar lo que has construido. -Louis afirmó.

-Ven aquí. -murmuró sonriendo mientras pegaba al omega a su pecho y besaba su cabeza.

En ese abrazo, Harry encontró consuelo y fuerza. El apoyo de Louis era un bálsamo que calmaba las tormentas emocionales.

-Lou. -llamó acariciando el cabello castaño del omega. -Gracias. -susurró.

Con eso, el omega sonrió, observando cómo los ojos verdes del alfa destellaban gratitud. En ese momento, el silencioso entendimiento entre ellos hablaba más fuerte que cualquier palabra.

-¿Puedo besarte? -preguntó el rizado.

El alfa nunca había pedido un beso ni iniciado uno con el castaño. Pensaba que debía terminar el cortejo para hacerlo, así que solo dejaba que Louis apretara sus labios contra los suyos. Porque el omega podía tener todo de él sin pedir permiso.

-Por supuesto, tonto.- rio.

Harry, con sus rizos desordenados, miró fijamente a Louis al recibir la pregunta. Se notaba cierta tensión en el ambiente, como si el alfa estuviera explorando terreno desconocido. El alfa, acostumbrado a liderar, encontraba un matiz de vulnerabilidad en aquel momento. Sin embargo, su deseo era palpable. Louis, con su encanto característico, le respondió con una sonrisa cómplice. Era evidente que, el juego de roles se entretejía en esa dinámica, donde el alfa cedía, pero la conexión entre ambos seguía intensificándose.

El alfa, rompiendo con su habitual reserva, se inclinó suavemente hacia Louis. Su mirada intensa se encontró con la del castaño, estableciendo un vínculo más profundo. El rizado, dejó que sus labios buscaran los de Louis con una mezcla de deseo y ternura.

El beso, inicialmente cauteloso, pronto se tornó apasionado. Los labios de Harry exploraron los de Louis con una delicadeza que contrastaba con la fuerza que solía mostrar en otras situaciones. Fue un gesto revelador, indicando que aquel momento trascendía las normas convencionales.

Louis, por su parte, respondió al beso con la misma intensidad, rompiendo la barrera imaginaria que existía entre ellos. Era evidente que aquel acto no solo marcaba el final de un cortejo, sino también el inicio de una nueva etapa en su relación, donde los roles tradicionales se difuminaban, dando paso a una conexión más auténtica entre el alfa y el omega.

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