Propuesta

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Harry había invitado a Louis a una cita, una hermosa velada en la Costa Azul.

Todo estaba meticulosamente organizado: una lona blanca extendida sobre la arena, con una selección exquisita de frutas, vino blanco, una variedad de quesos y muchas mas exquisiteces.

El sonido suave de las olas acompañaba la atmósfera romántica mientras el sol se ponía lentamente en el horizonte, pintando el cielo de tonos cálidos y dorados. La brisa marina completaba la escena, creando un ambiente de ensueño para una noche inolvidable. Harry sonreía con complicidad, esperando que cada detalle fuera perfecto para su cita.

Harry continuó observando los preparativos con una mezcla de emoción y nerviosismo palpable. Cada detalle parecía cobrar una nueva importancia mientras su mente se centraba en el momento que se aproximaba.

Decidió que era hora de buscar a Louis en la habitación. Hoy sería el día en que le pediría a su omega que fuera su novio, y la anticipación hacía que su corazón latiera con fuerza. Podía sentir a su lobo interior aullar de emoción y mover la cola dentro de él, reflejando su propia agitación. Harry se preguntaba quién estaba más nervioso, si era él o Onix. Sin embargo, estaba decidido a dar el siguiente paso en su relación con Louis.

El rizado subió por el ascensor con pasos decididos, sintiendo la adrenalina fluir por sus venas. Al llegar al pasillo, sacó la tarjeta de acceso y deslizó con cuidado la puerta de la habitación. El suave zumbido indicaba que se había abierto, y Harry entró con cautela.

Encontró a Louis sentado en el sofá, absorto en su teléfono móvil. La luz tenue iluminaba su rostro, resaltando sus facciones delicadas. Vestía una camiseta de un rosa pálido que resaltaba su tez, combinada con unos pantalones blancos que le daban un aire fresco y juvenil. Harry no pudo evitar notar los sutiles toques de maquillaje que Louis había aplicado con maestría: un ligero brillo labial que resaltaba sus labios, un toque de sombra de ojos que realzaba sus ojos azules, y una máscara de pestañas que enfatizaba su mirada.

La belleza de Louis lo dejó sin aliento por un momento. Estaba radiante, y Harry se sintió abrumado por la suerte de tenerlo frente a él. Cada detalle de su apariencia parecía perfectamente cuidado, y Harry se preguntó cómo alguien tan increíble podía estar a punto de convertirse en su pareja.

Harry contuvo la respiración por un instante, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. La voz de Louis lo sacó de su ensimismamiento, y levantó la mirada para encontrarse con los ojos azules llenos de curiosidad y una ceja arqueada en un gesto juguetón.

-¿Alfa?- preguntó Louis, su tono lleno de intriga y una pizca de diversión.

Harry esbozó una sonrisa nerviosa, sintiendo cómo el calor subía por sus mejillas ante la mirada de su omega.

-Sí, Lou. Soy yo. -respondió Harry, tratando de mantener la calma a pesar de los nervios que revoloteaban en su interior. -¿Listo?- cuestiono dandole la mano.

Louis se puso de pie con elegancia, su sonrisa iluminando su rostro mientras se acercaba a Harry. Este no pudo evitar sonreír ante la belleza de su omega.

-Te ves hermoso, omega- susurró Harry con admiración mientras contemplaba a Louis.

Louis se acercó un poco más, suavemente, como si estuviera flotando en el aire entre ellos. Sus ojos brillaban con una mezcla de emoción y ternura mientras escuchaba las palabras de Harry.

-Espero que tengas más de ese lápiz labial, porque muero por besarte ahora mismo y temo en dañarlo.- murmuró el rizado, dejando escapar un suspiro lleno de deseo.

Louis se sonrojó ligeramente ante las palabras de Harry, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza en su pecho. Con delicadeza, se puso de puntitas y rozó los labios de Harry con suavidad.

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