* * * P.V.G * * *
Airi y yo estamos desnudos en mi cama, y en ese momento no puedo pensar en otra cosa que en continuar. Todo lo demás parece haberse evaporado de mi mente. Todo me importa una mierda y sólo quiero seguir besándola.
Ella pasa sus manos por mi pelo, acariciando mi espalda y continuando descendiendo mientras abre las piernas más para que me acomode y pase a hacer lo que los dos estamos deseando.
Sin poder aguantar más aquel nivel de pasión, dirijo mi mano hasta la mesilla de noche del lado derecho, sacando torpemente del cajón un condón que me pongo tras unos segundos, penetrándola acto seguido con vehemencia, notando como su cuerpo se tensa de inmediato.
-Sigue, Genji. –Gime tras haberme detenido prácticamente, al pensar que había sido demasiado bruto y le había hecho daño. Al comprobar que no, continúo volviendo retomar el ansia de antes, al igual que Airi, que agarra el cabello de mi nuca mientras echa la cabeza hacia atrás mientras paso a besar su cuello.
Aquellos minutos parecen eternos y siento como no aguanto más aquella agonía, entregándome al orgasmo mientras eyaculo, pero Airi no me permite alejarme aún, así que hago un esfuerzo por aguantar unos segundo para que ella termine, mientras me levanto y la cojo, posicionándola sobre mí con violencia hasta que gime indicándome que ha llegado al orgasmo y todo ha acabado para ella también.
Con cuidado vuelvo a dejarla tumbada, derrumbándome después a su lado mientras el silencio nos envuelve, y sólo se escuchan nuestra respiraciones agitadas mientras contemplamos el techo, tumbados boca arriba.
Aquel momento en el que volvemos a la realidad después de haber pedido el control es el más incómodo del mundo. Me encantaría poder desaparecer, o hacer como si no hubiese ocurrido nada, pero es imposible. Ahora si que la he jodido bien, voy a tenerla detrás todo el día pidiéndome una respuesta creíble.
Agradezco que ella esté igual de incómoda que yo, limitándose a mirar el techo mientras sujeta la sábana a la altura de su pecho. Parece que está también pensando en qué cojones hemos hecho, y cómo volver a la normalidad después de habernos acostado. Aprovecho su ensimismamiento para quitarme el condón y hacerle un nudo, dejándolo encima de la mesa de al lado, procurando no moverme más de la cuenta para no distraerla.
Me tenso de inmediato cuando escucho su voz hablar vacilante, con lo que presto atención a sus palabras sin mirarla, tratando de evitar que descubra lo inseguro que estoy.
-Quizás sea mejor que me vaya.
No sé qué decir ante su susurro. Sé que no quiere irse, y lo cierto es que no quiero que se vaya, pero tampoco puedo dejar que se de cuenta de ello porque podría pensar cosas que no son. Sigo pensando que no quiero salir con nadie, y que esas cosas sólo traen problemas que no necesito ni quiero. Suzuran es lo importante.
Ante mi nula respuesta ella se incorpora quedando sentada en la cama, dispuesta a levantarse mientras intenta encontrar con la mirada su ropa interior. Cuando encuentra sus bragas las recupera sin dejar su desnudez a la vista, poniéndoselas rápido.
-No tienes por qué irte. –Me sorprendo diciendo sin pensar. Ese lado que odio y tanto miedo me da, ha hablado para tratar de detenerla. Ahora me toca arreglarlo, ya que Airi está sentada en el borde de la cama mirándome con atención. –Tu casa está lejos y es muy tarde, podría pasarte algo. Quédate.
Me vuelvo para recostarme sobre mi costado tras decirle aquello con seguridad, como si no me importara nada, dejándola pensativa unos instantes en la misma posición. Poco después siento que se mueve y se vuelve a tumbar, pero me sorprende que lo haga cerca de mí, abrazándome mientras deposita un beso en mi espalda.
* * * P.V.A * * *
Cuando me despierto me siento confundida y desorientada.
Al mirar a mi alrededor recuerdo todo; La pelea, la discusión con Genji, como terminó todo... Aún no me explico cómo ha acabado todo así, él siempre parece seguro respecto a nuestra relación, pero anoche me desarmó comenzando él, y continuando hasta terminar acostándonos.
Se me pone una sonrisa estúpida al recordarlo, al igual que me siento feliz de que me dijera que me quedara con él. Quizás le gusto más de lo que pienso, quizás tengo posibilidades... Oh, me siento como cuando tenía 14 años y empecé a salir con mi primer novio.
Me levanto de la cama de Genji buscando mi sujetador al darme cuenta de que estoy sola en aquel lugar, y pronto me asusto de que alguien pueda llegar. ¿Cómo se le ocurre largarse y dejarme sola en la casa de su padre el Yakuza?
Joder, encima tengo que vestirme y largarme ya para llegar a tiempo a mi primera clase. Menos mal que suelo despertarme siempre a la misma hora sin necesidad de despertador, gracias a la costumbre, porque sino lo llevaría claro.
Antes de salir disparada hacia el baño, donde dejé mi ropa la noche anterior, me doy cuenta de que la camiseta de manga larga y mi pantalón vaquero están sobre una silla del cuarto. Vuelvo a sonreír mientras pienso en él. La gente no lo conoce, no conocen ese lado que intenta esconder con tanto ahínco y estoy descubriendo. Tiene sentimientos también, es algo más que un prepotente malote de instituto.
Miro un reloj que hay en la pared, y musito un joder al darme cuenta de que me he empanado y los minutos siguen corriendo. Me empiezo a vestir velozmente pensando en que nada más salir de clase tengo que ir a buscar a Genji, y decirle que dejemos ya de hacer el idiota, que le quiero y no puedo estar fingiendo que no pasa nada, porque él me corresponde también, y lo sabe.
Salgo corriendo sin más dilación hacia la puerta principal, deteniéndome ante un espejo del pasillo, peinando un poco mi pelo con los dedos visualizando por primera vez el desastre de mi cara.
Resoplo al ver la zona cercana a mi ojo derecho hinchado y amoratado, rozándolo con los dedos y comprobando que duele a horrores. Al menos el corte del labio no se nota tanto, pero igualmente tendré que buscar una buena excusa de camino a clase para los curiosos y mi hermano.
Cuando salgo de la casa cierro la puerta rápidamente, comenzando a correr hacia la estación más cercana tratando de mantener la cabeza gacha para no mostrar mis heridas.
* * * P.V.S * * *
Tokaji, Tokio e Izaki están discutiendo mientras yo me mantengo ausente mentalmente, a pesar de que me gustaría dejar de pensar en lo culpable que me siento después de lo que pasó con Airi.
Ella no me coge el teléfono desde el incidente. Anoche intenté ir a verla, pero no había nadie en su casa, con lo que estoy preocupado pensando dónde coño se mete.
-En cuanto recuperemos a unos cuantos de su grupo atacaremos a Genji. Serizawa es el líder. ¡Sólo hay que ver todos los que aún nos siguen! ¡Vamos, Serizawa, díselo!
Miro a Tokaji, quien ha gritado señalando a Izaki, y respondo tras imaginar lo que ha dicho al escuchar eso de que soy el líder a pesar de que hemos perdido contra Genji.
-Tokio e Izaki tienen razón: no voy a luchar de nuevo contra Genji. Que haya ganado no significa que le considere el líder. Le falta mucho para unirnos a todos.
-Pero si no lo hacemos ese tío se creerá que ha ganado de verdad, la gente se añadirá a su causa.
-¿Ves que alguno de los nuestros se haya ido? No nos hace falta luchar. Genji solito se hará caer; no podrá controlarlos.
Enciendo un cigarro mientras Tokaji habla frustrado mirándome sin entender que no tenga ganas de volverme loco a romper cabezas como hace Genji. Nunca entenderá que la estrategia es mejor que la fuerza bruta sin control.
-Eh, Tamao –Agrega Tokio mirando hacia la entrada del instituto, manteniéndose de pie al borde de la cornisa de la azotea. -¿No es esa tu hermana?
Todos se giran para mirar a Tokio y después a mí, mientras me levanto rápidamente para llegar junto a mi amigo, vislumbrando a Airi entrar en el recinto de Suzuran, buscando con la mirada por todas partes.
-Mierda. –Murmuro tirando el cigarro al suelo para salir de allí e ir a su encuentro. ¿¡Por qué viene aquí, joder?!
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I wanna change
FanfictionGenji intenta hacerse con el liderazgo de Suzuran en el último año luchando contra Serizawa, y todos los problemas que se van sumando, descubriendo que unir a los cuervos es más difícil de lo esperado, sobre todo, cuando tendrá que lidiar con sus se...