Capítulo 73

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Capítulo 73

* * * P.V.S * * *

Saco el móvil del bolsillo resoplando, volviendo a ver el número de la casa de mis padres en la pantalla, y como antes he hecho, lo ignoro y silencio para que deje de molestarme mientras cruzo el patio de Suzuran.

Todos los años desde que llevo viviendo en Tokio ha sido igual. Mi madre no se da por vencida. He de reconocer que a pesar de todo me siento un poco culpable porque ella esté pagando lo que en realidad es culpa de mi padre, pero el hecho de intentar hablar con ella después de lo pasado hace que me sienta jodidamente confuso y temeroso.

-¡Eh, Tamao!

Me giro al escuchar el grito de Tokio, quien corre para alcanzarme antes de llegar a la puerta del edificio. Inspira con fuerza para recuperar el aliento, palmeándome después en el hombro con una sonrisa amplia.

-¡Feliz cumpleaños! Suerte que este año ha caído en viernes. Estábamos pensando en salir a un bar que Tokaji ha descubierto por su hermano mayor. Conoce al dueño, así que no tendremos problemas. ¿Qué te parece?

-Sí, está bien. –Agrego con poco entusiasmo, al estar aún pensativo por el tema de mi familia.

-¿Por qué estás así? ¿Ha pasado algo?

-No. Es por lo de siempre; mi madre no deja de llamarme, y seguro que mi hermana no tardará en echarme la bronca. No me apetece tener que oírla. –Comento con indiferencia mientras caminamos por el instituto, llegando a las escaleras.

Antes de que nadie vuelva a hablar, siento que el móvil empieza a vibrar en el bolsillo de mi pantalón. Sin pensarlo lo saco y miro que es Airi la que llama esta vez, y no puedo evitar resoplar.

-Vamos, Tamao. Piensa que si no lo coges igual se presenta aquí. –Se burla Tokio tras mirar fugazmente que es ella la que me llama, y entonces me decido a seguir su consejo.

-Hola, Airi. –Respondo con templanza.

-Feliz cumpleaños, Tamao.

-Gracias. ¿Cómo estás? –Pregunto mientras frunzo levemente el ceño ante la sorpresa que me produce el tono apagado de su voz.

-Bien, ¿y tú? ¿Qué harás hoy? –Cambia de tema rápidamente. Está claro que pasa algo.

-Esta noche saldremos a un bar nuevo, o algo así. Aún no sé mucho.

-Bueno, suena bien. Oye, hoy no trabajo y estaré en el bar de cerca de mi casa a eso de las 7. Podríamos vernos antes de que te vayas con tus amigos, y así te doy mi regalo.

-Está bien. Estaré allí a esa hora.

-Genial. Luego te veo entonces. Adiós, hermanito.

Cuelgo y siento que mi ceño está aún más fruncido. Joder, ni siquiera me ha preguntado por lo de mi madre, y eso me extraña porque todos los años tenemos la misma conversación. ¿Qué coño pasa?

-¿Todo bien? –Pregunta Tokio sacándome de mis cavilaciones mientras llegamos a la puerta de la azotea.

Le respondo con convicción que sí, y él deja el tema al saber que no me apetece seguir pensando en ello.

Entramos en la azotea bañada por el sol resplandeciente de aquella mañana que parece casi primaveral, y contemplamos a Tokaji, Izaki, Tsutsumoto y Chuta jugando entorno a la mesa, mientras los Mikami y Makise hablan en un lado de pie, y al contrario está Genji alejado de todos, hablando por el móvil.

-¡Felicidades, Serizawa! –Habla con energía uno de los hermanos, mientras se acercan ambos y me palmean en la espalda, hablando sin parar.

Les doy las gracias en general a todos, mientras se empieza a hablar del plan para esta noche a la vez que nos acercamos en torno a la mesa, donde los chicos acaban su partida para centrarse en la conversación.

I wanna changeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora