DOCE

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Katalina

los días se pasaban cada vez más rápido, por lo tanto cada vez faltaba menos para las vacaciones de invierno y eso me mantenía emocionada.

aunque no me gustaba mucho el invierno, disfrutaba de las vacaciones y de los outfits que me puedo poner, eran los pequeños detalles que me agradaban. Además, el maquillaje no se me corría tanto con el frío, todo lo contrario a cuando estaba toda sopeada por el calor.

me daba miedo andar sola últimamente, sentía que en cualquier momento me saltaba la Aylin o su grupo porque desde el lunes sentía que me respiraban en la nuca.

mientras tanto el Matías parecía haber desaparecido para siempre, wea que no podía importarme menos y de hecho lo encontraba para mejor, ya no quería que ese weon me siguiera atormentando.

se iba a cumplir casi un año desde la primera vez que hablamos, recordarlo hace que me sienta tan estúpida.

para ese entonces yo no salía de la sala, tal como ahora, pero porque él siempre venía en los recreos a hablar con un amigo de él. Tiempo después me confesó que las primeras veces nomás había ido por el amigo, pero después fue porque yo le había gustado.

la primera vez que me habló fue porque su amigo no había ido y la Danae tampoco, hablamos caleta y sobre muchas cosas en esos veinticinco minutos de recreo. Lo peor es que justo fue para cuando la Danae se enfermó y faltó como dos semanas.

hasta que me invitó a salir y fui tan weona de no contárselo a la Danae, además en ese tiempo me había cuenteado de que no tenía instagram y que según él, se creó uno solamente para hablar conmigo.

tan divino

las señales estaban ahí, como el que no saliéramos de la sala, que solo nos viéramos afuera y tiempo después en su casa.

hasta que la Danae me pilló y me preguntó si estaba siendo patas negras. Recuerdo que nunca había sentido tanta pena como ese día, cuando me mostró las fotos con la polola y el verdadero instagram del weon.

nunca me habían hecho tan weona y eso que yo juraba que me las sabía todas. Pero yo realmente le había creído todo lo que me decía porque necesitaba hacerlo, justo lo conocí en el peor momento de mi vida.

después de tener una sobredosis y de haber roto la relación con mi mamá.

No es lo que creís.—me suplicó cuando lo enfrenté.—O sea sí estoy pololeando, pero las weas ya no son lo mismo con la Aylin, Kata.—No podía creerme el que estuviera llorando, pero ahí estaba el culiao, botando lágrimas.—Yo te amo Katalina, eri la única que me hace sentir esto.

¿Por qué seguir con la mentira si ya lo había pillado?

¿Me amai?—Recuerdo escucharlo decir que sí entre llantos.—Pero no pensai dejarla.

cuando hubo un silencio lo supe y sé que en ese momento debí haberlo dejado, pero lo necesitaba.

Él era lo único que hacía que me mantuviera sobria y con ganas de estarlo.

dos semanas sin hablarnos, pero apenas volvió lo recibí sin que me importara nada, dispuesta a dejar mi respeto por mí misma porque aunque me juró que la iba a dejar, nunca lo hizo.

hasta que nos pilló. Y en el momento en que pensé que se iba a quedar conmigo, salió detrás de ella. Porque aunque es probable que sí me quisiera, no era lo suficiente ya que a ella la amaba más. Mucho más.

ese día lloré sola porque no tuve la cara para contarle a nadie las weas que había hecho, no pude en ese momento y dudo que alguna vez lo haga.

(...)

COGOLLO CULIAODonde viven las historias. Descúbrelo ahora