DIECISÉIS

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advertencia de contenido: drogas
Alonso

—¿Qué música escuchai?—la miré de reojo para asegurarme de que me estuviera escuchando, pero pa variar no lo estaba haciendo.

justo el semáforo dio en rojo, por lo que aproveché para mirarla. Sus ojos estaban perdidos en la ventana y parecía triste todavía.

me pregunté qué podría hacer para verla feliz

había algo hace rato que me estaba molestando en el pecho, desde que la encontré en la tarde y hasta ahora seguía ahí. No sabía que wea era, pero sí o sí tenía que ver con ella.

» ¿Te duele todavía?—pregunté preocupado, pose una mano en su pierna con la intención de llamar su atención, pero se asustó.

—¿Ah?—sus ojitos café claro me miraron sorprendidos.—No, ya no.

se hace la que no me escucha nomás, la tengo cacha.

—wena.—justo cambió a verde, así que volví a avanzar.—Toma.—le pase mi celular con el spotify abierto.—Pone lo que te gusta.

no usaba mucho mi celular, a lo más usaba WhatsApp para vender mota.

—¿Solo escuchai cantantes chilenos?—preguntó curiosa, caché que estaba mirando mis me gusta.

que es sapa

—Hay que apoyar al talento chileno... En breve se pegan mundial.—me encogí de hombros, igual estaba entero metido en el género urbano me gustan caleta esos weones.

mi favorito, el cris mj.

—¿Te gusta el yung beef?—me reí al oír la sorpresa en su voz.

—¿A vo también?

—Obvio po, todas las minas lindas lo escuchan.—me cagué de la risa por su tono egocéntrico.

—¿Y quién te dijo que erai linda?—la molesté, pero me pegó un dormilón.

—Vo po.—giré la cabeza levemente para mirarla, tenía una sonrisa burlona.—¿O no te acordai?

—No sé de que hablai... Tengo mala memoria.

me hice el weon.

se me había escapado la wea, no me di cuenta hasta que vi como su mirada cambió y me asusté.

desde cuándo me había puesto tan amanerado

debían ser pasadas las ocho de la noche, pero no había casi ningún auto lo que era bueno porque podía ir rápido.

—Esta me gusta.—comenzó a sonar la intro de como tu ninguna remix, lo que me sorprendió.

caché que siguió buscando canciones, así que durante el viaje nos fuimos escuchando mis canciones favoritas, que de pura casualidad le gustan a ella también.

me estacioné y apagué el motor, aprovechando de estirarme hasta que sentí la mirada intensa de la castaña.

—¿Qué mirai?—le pregunté divertido y aproveché para acercarme a la guantera.

COGOLLO CULIAODonde viven las historias. Descúbrelo ahora