UNO

2.4K 138 103
                                    

Katalina.

el liceo me tenía chata weon, era mi último año y puro que me vivían webeando que los piercing, que el pelo teñido, que los atrasos... Me webeaban por todo y sentía que era solo a mí.

nadie me quitaba de la cabeza de que todo esto era un complot creado para robarme la calma por ser tan linda.

pero ahora estaba escondida en mi lugar favorito, donde nadie me podía molestar, salvo por aquellos privilegiados que sabían, por lo que era poca gente que venía a este pequeño escondite y eso era lo que lo hacía mejor. Además no llegaban ni los inspectores, ni los profes, así que pasaba la mayor parte del tiempo aquí.

la Danae estaba metida en spotify buscando alguna canción que poner, mientras yo jugaba con su pelo café haciéndole trencitas. Me encanta hacerle trenzas.

—Sabís que llevo dos días sin fumar mota y me siento como... no sé, muy consciente.

dejé de hacerle la trenza y estiré mis manos con intención de que me pasará su teléfono.

—Estoy igual que tú.—admití sin mirarla cuando me entregó el celu. Teclee rápidamente una canción.—Podríamos comprar hoy... Pero no sé quién tiene mano.

los ojos de la castaña brillaron levantándose del pisó rápidamente como si le hubiesen puesto un cohete en el hoyo.—Yo conozco a un weon, le dicen cogollo.—me reí ante el sobrenombre. Yo también quería uno así.—Es del cuarto e.

este liceo culiao tenía como seis cursos por nivel, era tan grande que encontraba a gente nueva cada día... Ya, exageraba. ¡Pero era inmensa la wea!

—Ya... ¿Y es seguro?

igual me daba yuyo comprarle a alguien desconocido porque podían mezclar la mota con weas raras.

—Sí, si el gasparin le compra siempre, la otra vez me dio.—me sonrió para tranquilizarme.—¿No cachai al cogollo?

—Nunca lo había escuchado.

mi círculo social se reducía a la Danae, el Gasparin y a veces su amigo, el Antony. A veces hablaba con gente del curso, pero como que me daba la media paja entablar conversaciones y tener que escuchar a las personas.

—Es uno que juega pin pon en los recreos... ¡Ya sé! ¿Te acordai una vez que te llegó una pelota en el ojo y la tiraste a la conchetumare?—asiento efusivamente con la cabeza. De puro acordarme me enrabio.—Fue uno de los que estaba jugando.

—Ah... Ya entonces ¿Le vai a comprar a él?—pregunté media dudosa. No me acordaba de los weones, pero recordaba que ni siquiera habían sido capaces de pedirme disculpas.

—Sí... ¿Pero podriai ir tú?—sonrió inocente, negué al toque.—Ya po.—alargó la o.—Katita...

—¿Y por qué? Si sabís que yo no sé comprar po, soy más weona.—me rasqué la oreja media nerviosa.

—Porque quedé en que no iba a consumir mota por una semana con el gasparin... ¡Es una apuesta! Y el cogollo es amigo del culiao.—hizo un puchero y junto su palmas para suplicarme.—Demás lo sapean.

puta la wea oh.

no podía verme tan pollita comprando, pero era inevitable la wea si a mí me invitaban siempre. Nunca había tenido que comprar.

me aprovechaba caleta del pretty privilege y qué tanto.

—Ya oh, pero tú te rajai con el bajón.—entrecerré los ojos y me apoyé en la pared media amurrada, mientras veía como la Danae se levantaba y se limpiaba el jumper.

—Obvio, mi reina.—me sonrió y se fue haciéndome una señal de paz, dejándome sola.

(...)

me iba a cagar encima, estaba más nerviosa que la chucha. Me daba vergüenza hasta comprar pan y no me iba a dar vergüenza comprar sustancias ilícitas.

COGOLLO CULIAODonde viven las historias. Descúbrelo ahora