TREINTA Y UNO

1.4K 140 13
                                    

Aylin

—¿A quién mirai tanto, Dylan?—salté para apoyar mi mano en el hombro del pelirrojo y así bajarlo hasta mi altura, para que me permitiera ver lo que sea que estuviera viendo.

estaba viendo a una pareja pelear, al weon lo reconocí al instante con sus rastas mal hechas y ese corte pastero, claramente era el Gasparin.

por otro lado a la mina no la podía distinguir todavía, debido a que estaba de espaldas a mí.

—Ay, chica weona que me asustai.—se dio media vuelta el Dylan con la mano en el pecho.—No andaba viendo a nadie oh, sapa.

rápidamente una sonrisa se dibujó en mi rostro, se estaba poniendo nervioso y eso solo podía significar una cosa según mi instinto de mujer.

le gusta alguien.

—¿Quién es la desafortunada, Dylantero?—intenté volver a asomar mi cabeza al pasillo, pero el weon no me dejó.

—¿De qué hablai, weona loca? Estoy sapeando su pelea.—se rió de una manera tan fingida que no pude evitar rodar los ojos.

iba a pegarle un guate, pero mi mano chocó con la puerta de un casillero provocando un estruendo y un chillido de mi parte.

—Ah, Dylan culiao.

salí de nuestro escondite, ya que nos encontrábamos detrás de unos casilleros, y lamentablemente esto atrajo la atención de la pareja.

miré al Dylan con recelo cuando reconocí a la mina que estaba mirando, debido a que no era nada más ni nada menos que la Danae, la mejor amiga de la Katalina.

por qué a mí Dios

el ambiente era tan tenso que quise darme media vuelta e irme, no obstante, el Gaspar cambió de una su cara a una más relajada.

—Wena cabros ¿En qué andan?

miré de reojo a la Danae que parecía media aturdida, no había podido escuchar su pelea, pero la más afectada parecía ser ella.

no cachaba realmente si eran pololos, aunque me importaba un pico en realidad.

—Qué te importa.—tomé a mi amigo del brazo para caminar, pero me acordé de porque había subido a este piso en primer lugar.—Ah Gaspar ¿Teni lo que te pedí?

sus ojos se entrecerraron divertido, pero asintió con la cabeza.—Déjame buscarlo a la sala.—iba a entrar, pero se dio media vuelta para mirar a la Danae.—Vo no te vayai, sino va a ser peor la wea...—pensó que diciéndolo en voz baja, no lo íbamos a escuchar. Pero por el quinto piso no pasaba ni un alma, por lo que podía escuchar todo.

volví a mirar a la Danae y sin querer me acordé de mí misma hace unos meses atrás, pero no quería recordarlo más, así que le resté importancia.

sin embargo, a mi amigo sí que parecía importarle.

—¿Estai bien?—se deshizo de mi agarre y se acercó a la castaña, pero ésta dio un paso atrás.

—Sí, sí.—asintió con la cabeza y no lo pescó más.

qué se cree esta weona

Ya chica, acá tengo lo que me pediste.—estiró un papel de cuaderno arrugado.—Los primeros dos te van a hacer precio si deci que veni por mí, los otros no. Ahí vei tú.

—Vale, gracias Gasparin.—me sonrió.—Espero verte mañana y con regalo sipo, sino no entrai.

el Dylan me miró serio, pero no lo pesqué.—Obvio flaca, no me lo pierdo ni cagando.

COGOLLO CULIAODonde viven las historias. Descúbrelo ahora