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Era su primer día en ese instituto de mala muerte, según él, odiaba usar uniforme, lo hacía ver cómo los demás y él era diferente, era único, especial, importante, es Alexis Nevadas Maldonado

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Era su primer día en ese instituto de mala muerte, según él, odiaba usar uniforme, lo hacía ver cómo los demás y él era diferente, era único, especial, importante, es Alexis Nevadas Maldonado. Es alguien en la vida, todos conocían su rostro, conocían su nombre. Una persona como él no merecía asistir a una escuela tan común y barata como lo era un instituto público, pero se había metido en problemas en todos los colegios privados cercanos, y también, su hermano había regresado del internado, según su padre, eso lo haría más... Normal.

Soltó un gruñido al ver lo ñoño que se veía en el espejo con ese atuendo, unos pantalones de vestir color beige, una camisa blanca, un chaleco azul cobalto, zapatos negros, un suéter abierto del mismo color que el chaleco y poseía el escudo de la escuela, junto con una corbata color azul oscuro. Frunció el ceño, se quitó el suéter, procedió a quitarse el chaleco y poco después volvió a colocarse el suéter, subiendo sus mangas hasta los codos. Agarró su gorro y se lo colocó de manera cuidadosa para no despeinar su cabello, se puso unas gafas negras y sonrió al ver lo mucho que había mejorado su aspecto.

Cuando se adentró en aquel colegio, todos lo miraban un tanto confundidos, algunos sabían quién era, algunos solo lo miraban con sorpresa, otros con total desinterés, otros con envidia, algunas otras con admiración. Su ego se estaba expandiendo hasta el cielo, sin importarle el sentir de su hermano menor, lo dejó sólo en cuanto se enteraron que estarían en salones diferentes, y no dudó en hacer una mueca de desagrado al llegar a su aula. Tomó asiento en el primer banco vacío que vió y se dispuso a seguir disfrutando de su paleta.

Minutos después llegó la profesora de su respectiva clase, era el primer día para todos, algunos se conocían, otros eran nuevos en el colegio o al menos eran nuevos en esa aula, así que a la profesora se le ocurrió que era muy buena idea que todos se presentaran.

–Tú –todos se enfocaron en Alexis– La clase ha comenzado, tira tu caramelo y preséntate, por favor –sonrió de manera amigable– también retirate las gafas.

Alexis frunció levemente el entrecejo, agarró el platico de su paleta y no tardó en lanzarla por la ventana, para después, quitarse las gafas oscuras.

–Me llamo Alexis –se encogió de hombros.

–¿Apellido? ¿Edad? ¿Qué cosas te gusta hacer? –preguntó la mujer pelirroja.

–Señora... –sonrió burlón– Todos aquí deben saber quién soy, no es como si fuera un secreto.

–Yo no sé quién eres –dijo intentando mantener su sonrisa.

–Pues entonces, busquese un mejor empleo y deje de vivir debajo de una roca –dijo con una expresión fría en el rostro.

Ambos se miraron un tanto desafiantes, la mujer intentaba demostrar su superioridad, y el menor intentando defender su posición social ante la mujer. Creía que él valía más que cualquier persona. Valía igual o incluso más que el oro.

𝐸𝑟𝑒𝑠 𝑇𝑢 ☢𝑳𝒖𝒄𝒌𝒊𝒕𝒚ﮠ☢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora