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Había estado de mal humor toda la mañana, Quackity se caracterizaba por una persona alegre, un poco tímido pero muy optimista, pero está vez, se veía muy serio, con poca paciencia y a punto de explotar con la más mínima provocación

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Había estado de mal humor toda la mañana, Quackity se caracterizaba por una persona alegre, un poco tímido pero muy optimista, pero está vez, se veía muy serio, con poca paciencia y a punto de explotar con la más mínima provocación.

El timbre que indicaba que las clases de ese día habían concluido, se escuchó fuertemente en cada rincón del colegio, los alumnos se apresuraron a guardar sus cosas mientras que, los profesores daban algunas últimas indicaciones antes de retirarse del aula. El mexicano se colgó la mochila en la espalda y con prisa, se dirigió a la salida de la escuela, estaba ansioso por regresar a casa y poder distraerse de todos los acontecimientos tan... Repentinos.

El chófer le abrió la puerta pero antes de entrar, alguien tomó su mano y lo jaló hacia detrás de un árbol, sus marrones brillaron al encontrarse con aquellos rubíes que tanto le encantaban.

-Hola -una linda sonrisa se le dibujó en el rostro.

-¿Cómo estuvo tu día? -acomodó un mechón de cabello detrás de la oreja del menor.

-Bien -mintió- Mi hermano me evitó toda la mañana pero... Me acostumbraré -se encogió de hombros.

-Tranquilo -tomó la mano izquierda del mexicano, la llevó hasta sus labios y depositó un pequeño beso sobre los nudillos ajenos- Me tienes a mí, te apoyaré en lo que pueda.

-Puedes apoyarme en aclarar mis dudas -abrazó el cuello del más alto con sus brazos.

El castaño forzó una sonrisa y asintió- Sé que debes tener muchas preguntas y déjame decirte, que cada una la responderé, te aclararé todo lo que esté en mis manos y.... Me esforzaré para que sigas confiando en mí.

-¿Tan malo es? -su sonrisa decayó- No creí que tuvieras un pasado oscuro.

-No lo tengo -acarició suavemente la mejilla del mexicano- Pero si erré mucho en varias cosas.

-¿Por ejemplo? -las miradas entre ellos eran muy intensas, estaban ansiosos por romper la distancia.

-No esperar a que aparecieras en mi vida -se encorvó para poder besar los labios del azabache, quién correspondió fascinado y elevó su altura con las puntas de sus pies para así, intentar profundizar un poco el beso.

Mientras tanto, un joven de cicatriz, apagó sus cigarrillo y se levantó un poco las bajas, colocándoselas de inmediato cuando la luz comenzó a molestarle, aún estaba sufriendo los efectos de una resaca, al igual, que también se encontraba molesto con su hermano menor, pero aún lo quería y aunque no quería verlo, tenía que esperarlo para poder irse a casa, pero Quackity no aparecía por ningún lado.

-Al diablo -tiró el cigarrillo y lo aplastó con el talón de su zapato- Vámonos, que el maricon se vaya caminando.

El chófer le abrió la puerta y el mexicano no tardó en adentrarse al auto, poco después, emprendió camino hacia su hogar, completamente ignorante de las acciones de su gemelo.

𝐸𝑟𝑒𝑠 𝑇𝑢 ☢𝑳𝒖𝒄𝒌𝒊𝒕𝒚ﮠ☢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora