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Un azabache con una cicatriz en el lado izquierdo de su rostro, se encontraba sentado en la sombra de un enorme árbol en aquella colina, la cual solía llamar "refugio" o "escape", entre sus piernas, se encontraba recostado un lindo castaño de ojos...

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Un azabache con una cicatriz en el lado izquierdo de su rostro, se encontraba sentado en la sombra de un enorme árbol en aquella colina, la cual solía llamar "refugio" o "escape", entre sus piernas, se encontraba recostado un lindo castaño de ojos rubíes, todo parecía, que estaba a punto de quedarse dormido.

-El entrenador es un idiota -dijo mientras acariciaba el cabello de su novio- Tu cabello es hermoso.

-Umm -musitó adormilado- Tengo que obedecerlo si quiero ser el capitán del equipo.

-Es obedecerlo, Lusu -frunció el ceño- No besarle los huevos.

-Alex... -dijo mientras se levantaba de su lugar.

-Perdon -se encogió de hombros- Pero no deberías cortarte el cabello solamente porque ese cabron anda de pinche envidioso -palmeó el césped a su lado, indicándole al castaño que tomara asiento.

-Tal vez... Si estoy dejándolo crecer -intentó hacerse a un lado el mechón que comenzaba a cubrir su ojo izquierdo.

-No -tomó asiento sobre el regazo del español- Eres perfecto y así me gustas -acarició suavemente las mejillas de su novio- No quiero que cambies solamente porque alguien te pide que lo hagas.

El castaño sonrió enternecido y acarició la cintura del mexicano por encima de la tela.

-¿Te gusto aunque parezca drogadicto? -sonrió burlón.

-Eres el drogadicto más pinche hermoso que he visto -ambos soltaron una pequeña risita.

-Te quiero, Alex -acercó el cuerpo del mexicano al suyo.

El de cicatriz soltó una risita traviesa y se acercó al rostro del español- Yo te quiero más.

Y no tardaron en unir sus labios en un beso suave y amoroso, en el cual, en ciertas ocasiones, dejaban salir algunas sonrisas entre el beso o ahogados jadeos.

Ahora, Luzu se estaba mirando una vez más en el espejo, su nueva apariencia no terminaba de convencerlo y estaba nervioso por lo que probablemente le diría Quackity al verlo.

¿Y si no le gustaba? ¿Y si se veía mal? ¿Y si su nuevo corte no empatizaba con la forma de su cara? El castaño se encontraba muy inseguro pero ya era muy tarde para arrepentirse, tenía que concentrarse en su partido después de clases, no podía perder, no podía decepcionar al equipo y mucho menos a toda la escuela.
Además, era la primera vez que Quackity asistiría a uno de sus partidos, esa era una de las razones por las que se encontraba tan nervioso.

-Estas bien guapo, zuzu -frunció el ceño- ¡Pero se nos va a ir el camión, cabron! ¡Ya vámonos! -agarró la mochila del más alto, después agarró el brazo de Luzu y lo sacó de su habitación.

𝐸𝑟𝑒𝑠 𝑇𝑢 ☢𝑳𝒖𝒄𝒌𝒊𝒕𝒚ﮠ☢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora