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Soltó un suspiro y volteó a ver al azabache que se encontraba dormido en el asiento de copiloto, soltaba pequeños ronquidos y de vez en cuando, de sus labios se escapaban algunos balbuceos inentendibles

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Soltó un suspiro y volteó a ver al azabache que se encontraba dormido en el asiento de copiloto, soltaba pequeños ronquidos y de vez en cuando, de sus labios se escapaban algunos balbuceos inentendibles.

Sacó su teléfono del bolsillo y segundos después, marcó el número con mucha pena, los primeros tonos se hicieron escuchar hasta que por fin contestaron la llamada.

-¿Lusu? -habló adormilado pero confundido.

-Buenas noches, Quacks -sonrió enternecido- Estoy... Perdón por llamarte tan noche -apretó los párpados mientras se moría de los nervios.

-Descuida -soltó un audible bostezo- Me gusta escuchar tu voz, tienes una voz bonita.

Las mejillas del castaño comenzaron a arder de calor y una boba sonrisa se le dibujó en el rostro.

-¿Puedes salir? Me encuentro afuera de tu casa y... Perdón una vez más, pero es importante -miró de reojo al chico de cicatriz.

Hubo un corto silencio pero luego se escuchó movimiento- Voy enseguida -cortó la llamada.

La sonrisa del castaño decayó y por última vez, le dió una mirada llena de curiosidad al mexicano a su lado, negó haciendo ligeros movimientos de cabeza y se dispuso a salir del lujoso auto que conducía, pasó su mano derecha por su cabello y después, metió sus manos dentro de los bolsillos de su sudadera. Era una noche fría, sus mejillas estaban heladas y sonrojadas por las temperaturas tan bajas, sentía los ojos pesados, estaba muriéndose de sueño pero no podía dejar a Alexis a su suerte, y dejarlo quedarse en su casa, tampoco era una opción.

¿Qué es lo que estaba pensando el mexicano al ir a su casa a buscarlo?
Estaba ebrio, era obvio, su tono de voz y su olor lo demostraba, además, de que en ciertas ocasiones, su cuerpo llegó a tambalear hasta que terminó por desmayarse.

Poco después, el chirrido de ese gran porton se escuchó, así llamando la atención del ojirubí. Quackity miró al más alto con una linda sonrisa y no tardó en correr hacía el otro, elevar su altura con las puntas de sus pies y finalmente, depositar un suave pero duradero beso sobre los labios ajenos, los cuales, le correspondieron plácidamente.

-Buenas noches, Luzu -susurró con una boba sonrisa en su rostro.

El castaño soltó una pequeña risita y por último, dejó un pequeño beso en la respingada nariz del azabache- Perdón por despertarte, pequeño -acarició suavemente las mejillas comenzaban a enfriarse.

-Dijiste que era importante -conectó sus marrones con los rubíes del más alto.

-Escucha... -bajó la mirada, al mismo tiempo que humedecía sus labios con la punta de su lengua- Alexis fue a mi casa hace un rato, discutimos un poco y después... Cayó dormido -miró al mexicano un tanto apenado- Está en el auto dormido y roncando como un tractor.

𝐸𝑟𝑒𝑠 𝑇𝑢 ☢𝑳𝒖𝒄𝒌𝒊𝒕𝒚ﮠ☢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora