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Ambos adolescentes se encontraban acostados en la cama del castaño, mirando el techo pero disfrutando de la compañía del otro

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Ambos adolescentes se encontraban acostados en la cama del castaño, mirando el techo pero disfrutando de la compañía del otro.

–Tu habitación es más pequeña que mi baño –sonrió divertido.

–Perdon por tener una habitación normal –dijo con una sonrisa.

–Me gusta, el tamaño es tan pequeño que no existe la posibilidad de que te alejes –se levantó de su lugar pero no tardó en sentarse sobre el regazo de su novio, colocando cada rodilla a los costados de la cadera del más alto– Además... Podemos estar completamente sólos –susurró con una sonrisa coqueta en el rostro.

El castaño puso sus manos en la cintura del azabache– Empiezo a creer que tienes otras intenciones con tus planes de "quedarte en casa" –dijo con una sonrisa.

El azabache soltó una pequeña risita y se recostó sobre el pecho de su novio– Puede ser que estás en lo correcto... O estás equivocado –acercó su rostro al del castaño– Hueles malditamente bien, Borja.

–Que bueno que pienses eso, así te volverás adicto a mi aroma –susurró el de mirada carmín.

Soy adicto a ti –y no tardó en atrapar los labios ajenos con los propios.

Luzu sonrió entre el beso pero correspondió encantado, el castaño de vez en cuando daba unos suaves apretones en la cintura del mexicano, quién se dedicaba a acariciar los suaves mechones de su novio. El beso comenzó a tornarse más húmedo, más apasionado y atrevido.

Sus lenguas luchaban para tener el poder, provocando que ambos adolescentes soltaran algunos pequeños jadeos, su respiración se tornó pesada, de un momento a otro, el mexicano agarró valor para comenzar a mover sus caderas en círculos sobre el regazo de su novio, Luzu arrugó su entrecejo y bajó sus manos hasta la caderas del mexicano, pero no para detenerlo.

Unos golpecitos en la puerta interrumpieron su momento, ambos se alejaron jadeantes, intentando recuperar la respiración.

–Puedo escucharlos, cabrones –volvió a golpear la puerta– Váyanse a puto hotel con jacuzzi.

El castaño se alejó de la habitación de su hermano, satisfecho de que no seguiría escuchando las respiraciones agitadas y los jadeos "ahogados" de ambos adolescentes.

Alexis soltó un gruñido y besó suavemente el cuello del castaño antes de esconder su rostro– Un día golpearé a Roier –declaró molesto.

El de mirada carmín soltó una pequeña risita– No, no lo harás –acarició suavemente la espalda de su amado.

–Ese pendejo se lo está buscando –frunció el ceño y se alejó para poder conectar sus marrones con los rubíes– Ya me podrás coger en otra ocasión –se inclinó para besar rápidamente los labios ajenos.

𝐸𝑟𝑒𝑠 𝑇𝑢 ☢𝑳𝒖𝒄𝒌𝒊𝒕𝒚ﮠ☢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora