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Alexis cerró su última maleta y se acercó al espejo para revisar su apariencia, pero a través del espejo, observó a su hermano, se giró y luego sonrió.
-Hola, Quack Quack -miró el reloj de su habitación- ¿No se te hace tarde para la escuela? -cuestionó confundido.
-¿Por qué no me dijiste que te irías? -Preguntó con los ojos lagrimosos.
La expresión de Alexis se entristeció y soltó un suspiro- Es mejor que me vaya, quiero... Conocer el mundo, conocerme a mí, por favor, entiendeme.
-¿Y qué pasará conmigo? -lagrimas se resbalaron por sus mejillas- Yo no quiero que te vayas.
El de cicatriz se mordió el labio inferior y rápidamente se acercó a su hermano para abrazarlo- Estarás bien, te lo prometo.
Quackity se aferró al cuerpo de su hermano- No sé que haré sin ti -sollozó.
-Ser tú mismo -se alejó del menor y lo tomó de las mejillas- Conocerte y aprender a ser feliz por ti, no necesitas a nadie Quack Quack, tú eres lo único que necesitas en tu vida, tú y tú y solo tú -le regaló una sonrisa a su hermano y lo abrazó una vez más- Te quiero, Quackity.
El menor sintió una enorme calidez en su corazón y volvió a aferrarse al cuerpo de su hermano- Yo también te quiero, Alex.
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-Tu padre compró un departamento cerca de tu nuevo colegio, tienes que presentarte mañana puntual, Alexis -dijo mientras miraba y tecleaba su laptop- Por tu uniforme no te preocupes, puedes ponerte todo lo que quieras, chequé tu horario y noté que no tienes clases extracurriculares, así que espero que aproveches tu tiempo libre -una pequeña sonrisa apareció en el rostro de la mujer- Tu padre también me comentó que conservarás tu tarjeta, así que no tenemos de que preocuparnos.
-¿Lo han hecho una vez? -preguntó serio y luego soltó una risita burlona- Oh si, solo cuando creyeron que iba a morir por mi accidente.
La mujer de cabello oscuro alejó la mirada de su laptop y miró a su hijo- No puedo creer que incluso hoy, seas un completo grosero.