👉 4. VIEJOS DIBUJOS 👈

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Billy siempre ha sido así: caprichosa, egoísta y mentirosa. Tal vez intentó engañarme pretendiendo ser diferente, pero en realidad sigue siendo la misma niña de antes.

Hay cosas que nunca cambian y personas que no se arrepienten, como ella.

― ¡No soy una mentirosa! Si dije que estabas enferma fue porque sabía que no ibas a acompañarme. Preferí mentirle a Christian a que él supiera que no quisiste ir.

Excusas... Siempre es así cuando se trata de ella.

― ¿Y cómo estabas tan segura de que no iría? ―digo, tratando de sonar tranquila.

A ella no le toma ni un segundo pensar en su respuesta:

―Porque nunca quieres, siempre que te invito a salir, nunca aceptas. ¡Siempre me evades, Lily!

―Tú sabes muy bien por qué lo hago.

Billy me responde con una mirada confusa; después parece darse cuenta de lo que hablo y su mirada cambia a una de arrepentimiento, o eso es lo que quiere aparentar.

―Lily, han pasado cinco años.

― ¡Cinco años y nada ha cambiado! ¡Cinco años que no resuelven nuestros problemas, ni han podido devolver a la abuela a la vida! Todo por tu culpa.

― ¡No fue mi culpa! ¡Fue un accidente!

Y con esas palabras, estallo. Libero todo el coraje y el odio que siento hacia ella, porque sé perfectamente que lo sucedido hace cinco años no fue un accidente.

― ¿Un accidente, Billy? Esa noche te vi jugando con el fuego. Estabas abriendo y cerrando las llaves de gas con toda la intensión de matarme. Yo te vi, así que no sigas mintiendo y fingiendo que fue un accidente que no provocaste, porque yo sé la verdad. ¡Deja de ser una maldita, mentirosa! ¡Basta de hacerte la víctima de todo!

― ¡Qué fue un accidente! ¡Yo no quería que eso pasara! ¡No quería que la abuela muriera!

―Pero lo hiciste, ¡tú la mataste! Tú, Billy, provocaste todo esto ―extiendo mis manos señalando nuestro alrededor―. Me culpaste de tus actos y pusiste a todos en mi contra. Hiciste que mis padres pelearan y que nos separaran. Tú lo provocaste, así que no digas que fue un accidente cuando no lo fue.

En ese momento, nos gritábamos la una a la otra, tal como solíamos hacerlo antes.

―Lily, ¡fue un accidente! Así como el accidente de las escaleras, ¿lo recuerdas?

El accidente de las escaleras... cuando empujé a Billy sin pensar en que perdería el equilibrio y caería desde el segundo piso.

Recordar aquello hace que guarde silencio.

―Lily... ―dice más tranquila, acercándose a mí―. A mí también me duele, me duele mucho ―dice con lágrimas en los ojos―. Para mí también fue un golpe muy fuerte: perder la casa, perder a la abuela, perder a mi padre... perderte a ti. Pero han pasado años, Lily, he buscado ayuda y estoy mejorando. Yo sé que el tiempo no nos regresará lo que hemos perdido en el pasado; sé que la abuela ya no regresará, pero tú y yo podemos arreglar lo nuestro.

Niego con la cabeza, negándome a arreglar algo con ella.

―Lilly, por favor. No sabes cuanto sufrí todo este tiempo, estoy arrepentida. Pasé cinco años sola, sin mi hermana, sin ti. ¿Te imaginas todas esas noches en soledad? ¿Esos cumpleaños sin recibir tu abrazo ni felicitación? Sé que sabes perfectamente cómo se siente, porque estoy segura de que tú lo sentiste también.

Las lágrimas humedecen mis mejillas, pero mantengo la guardia alta. Sé que intenta persuadirme. Busca ganarse mi confianza.

―Lily, resolvamos esto, no quiero seguir peleando. Es terrible sentir que después de años sin ver a tu persona favorita te trate con indiferencia, como lo haces tú. He llorado por las noches, sintiéndome sola y vulnerable, sabiendo que estás frente a mi habitación, pero sintiéndote ausente. ¿Sabes cuánto deseo abrazarte y que tú hagas lo mismo? Que me digas que me has extrañado, aunque sea un poco, que has pensado en nosotras... que me quieres ―su voz se quiebra y empieza a llorar, secándose las lágrimas sin dejar de mirarme con... dolor.

ECOS DEL PASADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora