👉 31. PROBLEMAS QUE RESOLVER 👈

50 9 0
                                    

¿El amor se sentía así?

Un cosquilleo extraño recorre por todo mi cuerpo, provocando que la temperatura corporal incremente, al igual que los latidos de mi corazón. Era una sensación inexplicable, rodeada de cientos de emociones...

Christian y yo nos besábamos con cariño, él acariciando mi espalda baja, mientras que yo su nuca. No fui consciente de cuánto tiempo pasamos así, hasta que me acosté sobre el sillón con Christian sobre mí.

Aquel cosquilleo en mi vientre se volvió más intenso, sobre todo, cuando él pasó de besarme los labios a besar mi cuello...

―Ejem...

Ante el carraspeo, ambos nos incorporamos de inmediato del sillón, viendo que se trata de su padre. Él nos observa, arqueando una ceja y deteniéndose en su hijo. La calentura en mi cuerpo aumenta al doble, pero esta vez por vergüenza.

―Papá ―susurra mi novio, colocándose frente a mí―. Creí que no estabas en casa.

― ¿Podemos hablar a solas, Christian? ―dice con seriedad, lográndome estremecer.

Christian me da una mirada y yo asiento al entenderlo, ya que sé que ha llegado la hora de irme.

―Adiós ―me despido de él con un abrazo, mientras que de su padre lo hago con una diminuta sonrisa, susurrándole un "Con permiso".

Salgo de la casa y llego al patio en donde se encuentra la misma chica de ayer. Ella está sentada sobre el mármol que rodea la fuente del centro, sonriendo por algo que vio en su teléfono.

La chica escucha mis pasos y levanta la mirada para regalarme una sonrisa amable. Ahora que está frente a mí, puedo describirla con detalle: es rubia, con el cabello ligeramente ondulado, y tiene unos ojos verdes y expresivos; definitivamente, es muy atractiva.

―Hola ―me saluda con una tímida sonrisa.

―Hola ―le regreso el saludo, viéndola con atención, pues no me puedo creer que ella esté saliendo con el padre de Christian. A pesar de que el señor sea guapo y aparente ser más joven, seguramente le lleva 20 años más a esta chica.

― ¿Eres modelo? ―me pregunta, escaneándome por completo, aunque trata de disimularlo.

―No. ¿Por qué?

―Ah, perdón, creí que también venías por el trabajo ―comenta, dejándome confundida.

― ¿Cuál trabajo?

―Calixto tiene una agencia de modelos, es un profesional y todo un hombre de negocios ―dice, orgullosa de saberlo.

― ¿En serio? No lo sabía.

La chica asiente a mi pregunta, haciéndome sentir culpable por mis pensamientos de ayer, puesto que llegué a creer que esta chica era una cazafortunas.

― ¿Cuántos años tienes?

―23, ¿y tú?

―Cumplo los 18 en seis meses.

Ambas conversamos sobre diversos temas, incluyendo nuestros estudios, residencias, gustos y más. Realmente me agrada esta chica.

De no haber sido por la interrupción de Calixto, Ester y yo habríamos seguido charlando.

―Fue un gusto conocerte, Lily. Espero verte pronto ―se despide con un abrazo, sonriendo alegremente.

―Lo mismo digo, Ester. ¡Suerte!

La chica se dirige con su jefe, quien la espera en la entrada de la casa. Calixto, por su parte, no mira a la chica, sino a mí. No entiendo el significado de su mirada, pero presiento que no soy de su agrado. A pesar de eso, le hago un gesto de despedida con la mano, gesto que él devuelve antes de cerrar la puerta.

ECOS DEL PASADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora