👉 26. BORROSOS RECUERDOS 👈

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El cielo se tornaba más oscuro de lo usual, ya que la luna llena era cubierta por las espesas nubes. Al parecer, esta noche sería lluviosa.

A pesar del tranquilo viaje, no podía estar paciente, puesto que los latidos de mi corazón indicaban lo contrario. Me sentía inquieta, pero era una inquietud que no podía expresar con movimiento, porque si lo hacía, llamaría la atención de mi hermana, quien se encontraba a mi lado conduciendo el auto.

―Tranquila, ya casi llegamos ―dice en voz baja, dándose cuenta de mi estado.

―No deberíamos de estar haciendo esto, a escondidas.

―No te preocupes, nadie se dará cuenta.

Me sorprende la seguridad con la que habla, como si no fuera la primera vez que hace algo delicado a escondida de nuestros padres.

Con el paso de los minutos, las pequeñas gotas de agua comienzan a caer sobre el auto, obligando a Billy a encender el limpiaparabrisas.

Debido a la oscuridad de la noche, sumado a la lluvia que recién comenzaba, no logré identificar nuestra ubicación, hasta que mi hermana estacionó el auto.

―Llegamos ―informa, antes de salir.

Hago lo mismo, cargando el cuerpo sin vida del pequeño gatito. Billy saca un par de palas de la cajuela y se adentra al bosque, el cual se trata del Giant Forest.

― ¿Por qué aquí?

―Si yo hubiese sido ese gatito, me hubiese gustado ser enterrado en este lugar ―argumenta, antes de alejarse de mí.

Sin otra opción, la sigo. Ambas caminando entre el lodo y las raíces de los árboles, mientras somos mojadas por la lluvia.

― ¡Ayudame a excavar! ―me pide en voz alta, ya que el sonido de la lluvia y de las copas de los árboles, al moverse por el viento, no nos dejan escuchar.

Tengo que dejar el cuerpo del gatito sobre un tronco de árbol, para poder tomar la pala que Billy me ofrece y comenzar a cavar.

― ¡Vamos, Lily! ―me exige al ver que no lo hago tan rápido como ella.

― ¡No puedo! ¡Hay una raíz enterrada! ―digo, tratando de remover con todas mis fuerzas aquella cosa.

― ¡Iré por el pico! ―dice, antes de alejarse de mí y dejarme sola.

― ¡BILLY! ―le grito, pero no me escucha.

¿En serio? ¿Billy me estaba dejando sola en medio de este lugar?

― ¡Te odio, Billy! ―susurro, golpeando con fuerza aquella raíz que me impide seguir excavando.

Cuando finalmente consigo partir la raíz en dos, me agacho para extraerla con mis manos. Sin embargo, al agarrarla, noto lo firme y delgada que es; la lluvia ha limpiado la tierra y el barro, revelándome que no es una raíz... sino un hueso. Lo que sostengo parece ser el fémur de una persona, así que lo suelto inmediatamente y retrocedo mis pasos.

No podía ser cierto.

Probablemente, era algo distinto; quizás el hueso de un animal o algo similar a un hueso. Cualquier otra cosa.

Convencida de mis pensamientos, tomo la pala y sigo excavando con el deseo de no encontrarme con nada más, sin embargo, no es así.

Frente a mí, encuentro más huesos de una persona, así como una mano en plena descomposición. Esta se limpia con el agua de la lluvia y me permite ver los anillos negros que adornan sus dedos. Puedo ver los tatuajes de mariposas negras que cubren su brazo.

ECOS DEL PASADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora