👉 21. VERDADES DEL PASADO 👈

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Desde que Billy y yo éramos pequeñas, siempre fuimos muy unidas y felices. Recuerdo nuestros juegos, bromas, risas, planes, regalos y momentos de diversión. Éramos inseparables; ella y yo éramos una sola, conectadas de una forma muy especial, con ese lazo único que solo las hermanas pueden tener. Billy me comprendía, sabía cuándo estaba triste y me consolaba sin que tuviera que pedírselo. Me defendía de burlas o ataques. Siempre estuvo ahí para protegerme.

«―Te quiero y no permitiré que nadie te lastime, Lily ―dijo aquella vez en la que me defendió de un compañero de la escuela, quien me golpeó con el balón a propósito.»

«―Tú y yo seremos como la luna y la tierra, inseparables ―dijo a mi lado, tomándome la mano mientras veíamos las proyecciones de los planetas sobre el techo de su habitación.»

«― ¡Eres la mejor hermana del mundo! ¿Lo sabías? ―dijo antes de darme un fuerte abrazo y entregarme mi regalo de cumpleaños.»

Esos mejores recuerdos llenos de felicidad llegan a mi mente. Todo era perfecto, pero no duró para siempre.

De pronto, ella comenzó a tener celos de mí; creyó que yo era la favorita de la abuela y de mis padres, cuando eso nunca fue así. Billy solía ser más amigable que yo, así que tenía muchos amigos con los cuales salía casi a diario. En cambio, yo prefería quedarme en casa a acompañar a la abuela, cocinaba con ella, veía sus dramas de T.V., me enseñaba a tejer... esas acciones hicieron que mi abuela y yo fuéramos más unidas. Lamentablemente, Billy confundió la unión que existía entre mi abue y yo con favoritismo.

Desde aquel momento, Billy cambió mucho conmigo: me ignoraba, me hablaba con molestia, me ofendía, me hacía sentir mal y me echaba la culpa de todo lo malo que llegase a suceder. Mi hermana había cambiado; ella ya no era la misma niña que estaba conectada a mí.

Todo era de esa manera hasta que, un día en la escuela, se abrió una convocatoria para asistir a una excursión al acuario de Florida. Uno de los requisitos era entregar un ensayo acerca de la vida marina y cómo era afectada por la contaminación actual. Todos los interesados en asistir a aquella excursión tuvimos que preparar el mejor ensayo, ya que solo había disponibilidad para cinco estudiantes de nuestra institución. Por esa razón, durante todas las vacaciones de verano me la pasé investigando, redactando, revisando y corrigiendo... Me esforcé demasiado. Entregué todo lo mejor de mí en ese ensayo para ganarme aquel concurso, pero a Billy no le importó eso. A pesar de que ella también quería asistir a la excursión, prefirió salir con sus amigos, jugar en sus videojuegos, ir a fiestas; prefirió todo, menos esforzarse en su trabajo.

Cuando llegó el día, ambas entregamos nuestros trabajos en dirección y esperamos una semana para recibir los resultados. En el auditorio de la escuela, los coordinadores del evento nombraron a los cinco estudiantes ganadores. Comenzaron por el quinto lugar, nombrando el nombre completo del ganador y el título de su ensayo, así fueron nombrando uno a uno. Cada estudiante nombrado subía a la tarima del auditorio para recibir su boleto ganador. Yo estaba ansiosa y emocionada. Arriba, en la tarima, mis compañeros ya estaban presentes, incluido Henry; solo faltaba anunciar al ganador del primer lugar. Sin embargo, el nombre que mencionaron no fue el mío, sino el de Billy, pero lo que más me impactó fue el título del ensayo con el que participo: "Naufragio Silencioso: Un Ensayo sobre la Lucha de la Vida Marina contra la Contaminación", título creado por mí. Ese ensayo no lo había hecho ella, porque era mío. El ensayo con el cual me esforcé en redactarlo durante mis días y noches en vela, mi creación...

Claro que me enojé y me llené de furia, pero, sobre todo, de decepción. No podía creer que mi propia hermana haya sido capaz de robarme algo que yo había creado, que ella me haya quitado la oportunidad de ir al lugar de mis sueños.

ECOS DEL PASADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora