👉 9. UNA SONRISA SATISFECHA👈

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Al fin, Marcela se había ido definitivamente del instituto.

―Gracias a ti ―dice Sara―. Ahora ella ya no volverá a molestarnos, ni a lastimar a mi hermana.

Las hermanas se abrazan, sonriendo más tranquilas.

―Christian, gracias por defender a mi hermana ―dice con seriedad, a lo que Christian sonríe con un asentimiento, antes de buscar mi mirada.

La directora Alisson se pone frente a mí, viéndome con preocupación.

― ¿Cómo te sientes, Lily? Tu madre viene en camino, pero seguramente está asustada.

―Estoy bien ―le confirmo.

―Mientras vienen por ti, podemos ir por un helado. Estoy seguro de que eso te ayudará a sentirte mejor ―propone Christian―. ¡Vamos todos, yo invito! 

Sonrío, principalmente, por la reacción de las gemelas; ambas se miran emocionadas y con las mejillas sonrojadas.

― ¡Nos parece bien! ―dicen al unísono, haciéndome reír.

―Yo también acepto ―digo, estando de acuerdo con su propuesta. No obstante, Billy parece no estarlo, ya que me ofrece una mirada de desaprobación.

― ¡Yo también voy! ―dice ella de inmediato.

―Me parece muy bien que vayan. Gracias por la invitación, Christian, pero debo de quedarme a terminar unos pendientes ―responde Alisson, agradeciendo con su sonrisa. 

Todos vemos a Henry, en espera de su respuesta.

―No puedo, tengo que terminar unos deberes ―dice, antes de despedirse y marcharse en compañía de su madre.

💠🔷💠

En la nevería, todos los presentes nos divertimos mucho con las anécdotas que Christian tiene para contarnos. Sin duda, este chico, además de ser inteligente y caballeroso, es muy gracioso. Las gemelas ríen tanto que sus lágrimas no se hacen esperar. Todos lucen felices, excepto Billy, por supuesto.

Mi hermana observa a las dos chicas con el ceño fruncido y me mira a mí con desaprobación; parece que no está disfrutando para nada del momento.

Después de un par de minutos, recibo una llamada de mi madre.

―Mamá ya ha llegado por nosotras ―le informo a Billy.

― ¡Qué lamentable! Me la estaba pasando tan bien... ―dice, fingiendo aflicción―. Y, ¿ustedes no piensan irse, ya?

Aunque Billy trata de sonar tranquila, sé que está molesta. Siempre lo está cuando se trata de Christian.

―Ah... sí, de hecho, ya debemos irnos ―responde Saraí, mientras Billy sonríe complacida.

―Bueno, gracias por venir, chicas ―dice Christian despidiéndose de las gemelas y luego de mí. Nos da un abrazo y, al hacerlo conmigo, me susurra al oído: "Eres muy valiente, Lily". Nos separamos y él roza mi barbilla con sus dedos en una caricia tierna.

Yo simplemente le sonrío, a pesar de que Billy me aleja de él de una manera algo disimulada.

― ¡Adiós, Chris! ―lo abraza, dándole un largo beso en la mejilla.

―Adiós, Billy ―dice, apartándola discretamente. De esa manera terminamos con las despedidas. Mientras Sara y Saraí toman su rumbo, Billy y yo tomamos el nuestro.

En el camino al instituto, donde nuestra madre nos espera, Billy parece echar fuego por doquier. Avanza con pasos rápidos. Sus pisadas son firmes y su respiración pesada.

ECOS DEL PASADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora