👉 30. GENUINAS MANIPULACIONES👈

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Pancakes. Mi desayuno favorito. Lástima que no pude disfrutarlos como se merecían, pues tenía que comer deprisa para llegar a tiempo al instituto. Aunque, siendo realista, no lograría llegar a tiempo, pero no por mi culpa, sino por la de Billy.

― ¡Billy, apurate! ―grita mi madre por cuarta ocasión, ya que Billy también se levantó muy tarde.

Un minuto después, cuando ya he terminado mis deliciosos pancakes, baja ella, pero sin vestir con el uniforme.

―¿No irás al instituto? ―pregunta papá, a lo que Billy niega.

La observamos con curiosidad, puesto que ella viste con pantalón y blusa de manga larga, ambas prendas en color negro.

―Iré al cementerio ―dice, con voz seria―. Esta mañana se hará el sepelio de las chicas y quiero ir.

Frunzo las cejas al escuchar sus palabras. No me puedo creer tanta hipocresía de su parte.

―Está bien, cariño, puedo llevarte después de llevar a Lily al instituto ―comenta mamá, pero yo me niego.

―No, yo también quiero ir al sepelio ―admito, logrando convencer a mis padres.

Con eso en mente, subo a mi habitación para cambiarme de ropa y ponerme una sudadera crop negra, del mismo color que mis jeans y tenis.

Al salir de mi cuarto veo la habitación de Billy frente a mí. En estos momentos, ella está con mi madre en el auto esperándome, así que intento aprovechar esta oportunidad para entrar a su cuarto y obtener pruebas de sus crímenes. No obstante, me es imposible, ya que Billy ha cerrado su puerta con llave.

Un estrés me recorre por completo al saber que las cosas se me han complicado un poco más.

💠🔷💠

Después de viajar durante varios y largos minutos en silencio, finalmente llegamos al cementerio, mismo en el que se encuentra la tumba de Evelyn y la de mi abuela.

Mis padres y yo ofrecemos nuestras condolencias a las familias afectadas; sin embargo, cuando Billy hace lo mismo, siento una ira profunda en mi pecho. Tengo un fuerte deseo de confrontarla, de gritarle que ya sé la verdad y de ser yo quien la lleve al psiquiátrico. Pero cuando veo a mi madre, ese impulso se desvanece, pues no deseo causarle sufrimiento.

―Lily.

Volteo al sentir que alguien toca mi hombro y me encuentro con mis amigas.

―Hola ―les sonrío, antes de abrazarlas a ambas.

Me percato de que ellas no son las únicas conocidas en el lugar, ya que también se encuentran Christian, Henry, Alisson, entre otros compañeros y maestros del instituto.

La ceremonia da comienzo y cada uno de los familiares nos comparte recuerdos vividos al lado de sus hijas, sobrinas y hermanas que ya no están aquí. La escena es tan triste y dolorosa que a todos nos hace llorar. Frente a mí, se encuentran los cuatro ataúdes pertenecientes a Marcela, Fátima, Zaira y Jessica, cuyas fotografías reposan sobre ellos, al igual que rosas blancas. Los familiares rodean el ataúd de sus niñas, llorándoles y dándoles sus últimas palabras.

Ante el dolor, desvío la mirada hacia Christian, quien ve detenidamente a Billy.

💠🔷💠

Una vez que la ceremonia finaliza, me dirijo a la tumba de mi abuela para hablar a solas con ella.

―Abuela ―susurro, estando frente a su lápida en forma de casita―. No sabes lo mucho que te extraño y te necesito. Sobre todo ahora ―digo con lágrimas en los ojos, sintiendo mi barbilla temblar―. No sé qué hacer, pero estoy segura de que si estuvieras aquí me dirías lo correcto. Estoy confundida, aterrada y muy decepcionada. Ayudame a que esas chicas tengan justicia y que nadie más resulte herido, por favor.

ECOS DEL PASADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora