ECOS DEL PASADO

👉 8. MIEDOS SECRETOS 👈

Si ya detestaba a las personas mentirosas, mi aversión era aún mayor hacia las personas agresivas, esas que disfrutan demostrando su fuerza y dominio al hacer sufrir a los demás.

Recuerdo que mi padre decía que las personas abusivas actúan así para llamar la atención y obtener o mantener poder social, a menudo por sentirse ignoradas. No obstante, creo que no existe justificación alguna para lastimar a alguien de tal forma que incluso podría resultar fatal.

―No puedo creer que Marcela siga haciendo esto ―responde el médico, tras escuchar mi relato.

― ¿Siga? ―permanezco impactada ante su respuesta―. Eso quiere decir que esa chica ya lo había hecho antes y, ¡ustedes no han tomado medidas al respecto! ―digo, molesta.

― ¡Claro que sí! Marcela está a prueba; de hecho, con esta acusación estoy seguro de que la expulsarán.

―Eso espero, ¡ella es una chica muy agresiva!

El médico asiente de acuerdo conmigo y procede a tomar nota para ir con la directora y darle el comunicado, mientras que Saraí y yo nos quedamos en la enfermería.

―No tenías que hacerlo ―dice en cuanto el médico nos deja solas.

― ¿Hacer qué? ¿Acusarla?

Ella asiente lentamente, y yo no puedo creer cómo es que después de lo que Marcela le hizo, Saraí no busque tener justicia.

―No tengas miedo, solo así ella se alejará de ti y no te volverá a lastimar.

―A mí no, pero a ti... ―susurra, preocupada.

―No creo que se le ocurra hacerme algo después de esto.

Saraí suspira, temblorosa y asustada.

―Perdóname ―vuelve a susurrar, aún sentada sobre la camilla.

― ¿Por qué?

― Por haberte criticado esta mañana, mi hermana y yo, en el vestuario de las chicas. No sabía que eras una buena persona.

―Ah... No importa, no te preocupes.

―Creí que eras diferente.

― ¿Al igual que Billy?

Parece que leo sus pensamientos, pues ella asiente nuevamente.

―Pudiste haber entrado al baño y, al verlo todo, salir corriendo de allí, pero no lo hiciste. Te quedaste a defenderme, incluso cuando tu hermana te dijo que no lo hicieras, me ayudaste ―dice en voz baja, con lágrimas en los ojos.

―No podía dejarte así ―digo acercándome a ella―. Entonces, no es la primera vez que Marcela te hace esto.

Ella baja la mirada.

―Ella siempre ha sido así, ha molestado a todas las chicas del instituto, pero todas se quedan calladas por miedo a que ella les haga algo peor. La primera en hablar y acusarla ante la directora fue mi amiga Mónica; luego, ella desapareció.

Frunzo las cejas y me siento a su lado, sobre la camilla.

―Marcela creyó que mi hermana y yo éramos las responsables de la proyección que interrumpió la bienvenida de la directora, y por eso me hizo esto.

― ¿Por qué creería eso?

Saraí tarda un par de segundos en responderme:

―Porque Sara y yo hemos organizado varias campañas y grupos en redes sociales, y hemos hecho todo lo posible para encontrar a nuestra amiga. No puedo estar segura, pero sospecho que Marcela es la responsable; probablemente le hizo daño al enterarse de que Mónica la acusó.