👉 2. SOMBRAS DEL AYER 👈

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Me siento terrible, tengo una fuerte opresión en el pecho, y mi garganta se cierra poco a poco, impidiéndome respirar con normalidad. Todo mi enojo se transformaba en una dolorosa decepción.

Acaso, ¿mi padre ya no confiaba en mí? ¿Alguna vez lo hizo?

Detengo mi caminata en medio del parque y tomo asiento en una de las bancas solitarias. Quiero pensar. Necesito poner en orden mis pensamientos y controlar mis emociones, así como mi acelerado corazón.

― Billy, ¿qué haces aquí?

Volteo tras de mí y me encuentro con un chico paseando a su mascota. Él es alto, delgado, pero fornido. Su cabello es castaño, ligeramente rizado, y combina a la perfección con sus ojos color miel. 

― ¿Quién eres? ―pregunto, poniéndome de pie.

―Lo siento, creí que eras una amiga ―me ve confundido.

― ¿Billy es tu amiga?

Él asiente, con las cejas ligeramente fruncidas.

―Te pareces a ella, ¿la conoces?

Le confirmo con pesar, dándole una media sonrisa.

― ¿No te ha hablado de mí?

El chico continúa confundido, así que decido aclararle un poco las cosas.

―Mi nombre es Lily ―extiendo mi brazo y nos saludamos con formalidad―. Y soy melliza de Billy.

Veo como el chico cambia su expresión de confusión a sorpresa.

― ¿Melliza?

―Así es, melliza ―sonrío, al ver su gesto.

―Vaya, nunca me habló de ti. No sabía que Billy tenía una hermana, y mucho menos una melliza. Ahora entiendo el parecido.

Asiento lentamente, quizás un poco decepcionada de que Billy no haya dicho que tiene una hermana, pero no esperaba más de ella. Seguramente, el tiempo en el que vivió sin mí lo disfrutó mucho.

― ¿Es tuyo? ―cambio el tema, refiriéndome al pequeño cachorro que lleva con él; se trata de un hermoso pitbull color gris.

―Sí, su nombre es Chéster.

―Es hermoso ―me inclino un poco para acariciar la cabeza de Chéster, quien mueve la cola feliz.

―Lo es ―concuerda conmigo―. Por cierto, mi nombre es Christian y soy amigo de Billy.

― ¿Desde cuándo se conocen? 

―Desde hace dos años.

Dos años de conocerse y Billy no le ha hablado de mí. Lamentable...

― ¿Se conocen del instituto?

―Sí, nos conocimos en el curso de artes.

¿Artes? Billy odia el arte, bueno, lo odiaba hace cinco años. Hay muchas cosas que han cambiado desde entonces.

Continúo platicando con Christian mientras paseamos a Chéster por todo el parque. La tarde se pasa tan rápido que cuando soy consciente ya está a punto de anochecer. Sin embargo, antes de que regrese a casa, Christian y yo vamos por una nieve.

Con nuestras diversas conversaciones me entero de cosas que no sabía acerca de Billy, como, por ejemplo, que ella ha participado en diversos concursos de literatura, es la primera en su clase y una excelente persona. ¡Vaya que ha cambiado bastante!

― ¿Y cuándo regresas a Miami?

Su pregunta me deja pensativa, ya que ni siquiera yo sé la respuesta.

ECOS DEL PASADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora