👉 37. VERSIONES REALES 👈

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Nunca antes había sentido tanto miedo como ahora.

Estaba desesperada.

Temblorosa.

Débil.

Pérdida...

Sostenía a Billy con todas mis fuerzas, sujetándola de la cintura con una mano y, con la otra, tomando su brazo alrededor de mi cuello. Sentía que en cualquier momento me desplomaría con ella, sin embargo, no me rendí y no paré de caminar lo más rápido que mis piernas me lo permitieron.

Temía que Christian se recuperara de aquel noqueo y que, al percatarse de nuestra ausencia, corriera en nuestra búsqueda. Estaba completamente segura de que él conocía mejor el Giant Forest que yo y que no demoraría mucho en llegar a nosotras.

Estaba perdida. Sin importar a dónde me dirigiera, no encontraba la salida.

La desesperación me estaba derrumbando. Las lágrimas bajaban por mis mejillas con temor e impotencia. Si quería salvar a Billy, tenía que salir de este bosque y llevarla a un hospital, pero, ¿cómo? Ni siquiera sabía en dónde estaba la salida y, además, todo a mi alrededor era oscuridad.

No quería rendirme, pero ya no podía más. Llevaba largos minutos caminando y, quizás, alejándome de los límites del bosque. No quería entrar a la inmensidad del lugar, pues no sabía con que peligro me encontraría en el centro del Giant Forest. Quizás podría toparme con algún animal salvaje o alguno venenoso, no lo sé.

Cansada y sin fuerzas, estaba a punto de sentarme con Billy y esperar a que la luz del sol me ayudara a ubicarme o a que alguien viniera a salvarnos. Sin embargo, como un milagro, aparecieron unas cuantas luciérnagas, las cuales con sus incandescentes luces parecieron llamarme, como si me estuviesen mostrando el camino a seguir.

Con esperanza, me llené de fuerzas para sujetar a Billy y continuar con mi camino. Seguí aquellas luces hasta que escuché su voz...

― ¡BILLY!

―Henry... ¡HENRY! ¡AQUÍ!

Grité con anhelo de ser escuchada por él. Necesitaba que nos ayudara, que nos rescatara...

― ¡Lily!

Él corrió a nuestro encuentro, y cargó a Billy en sus brazos, observando con terror el estado en el que se encontraba.

―Christian es el asesino... ¡Él mató a las...!

―Lo sé ―asiente con rapidez―. ¡Vámonos!

Henry avanza a paso veloz mientras que yo lo sigo por el Giant Forest. En el camino, suplico que nada ni nadie se interponga para que podamos ir al hospital más cercano y salvar a mi hermana. Afortunadamente, llegamos a un SUV negro, perteneciente a la madre de Henry. Entro en el asiento trasero y recibo a Billy en mis brazos, mientras que Henry se apresura en subir al frente y comenzar a conducir.

― ¡Vamos a un Hospital! ―le suplico―. Billy tiene que ser atendida lo más pronto posible ―susurro, observando a mi hermana en su estado inconsciente.

Presiono la herida que tiene en el abdomen para que no se desangre más de lo que ya lo ha hecho.

Henry conduce a gran velocidad, saliendo de esa manera del Giant Forest.

― ¿Qué pasó con Christian?

―Él... Yo... lo golpeé con una pala y... cayó inconsciente.

Henry asiente, sin despegar la mirada del camino, ni el pie del acelerador.

― ¿Cómo sabías que estábamos aquí? ―susurro, continuando asustada.

―Billy me llamó y me lo contó. En cuanto lo supe, abandoné la competencia y vine para acá.

ECOS DEL PASADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora