Era tan bueno para ser real...
Billy me habló tan tranquilamente, que, incluso, sonaba con dulzura. Me pidió perdón por el pasado, me recordó los bellos momentos que habíamos pasado juntas, y todo lo hizo con un solo objetivo: Christian.
La manipuladora de mi hermana intentó hacerme vulnerable para pedirme que me alejara de él.
Ella estaba loca...
―Quieres separarme de Christian para ser tú la que se quede con él, ¿verdad? ―digo con molestia, tanto en la voz como en la mirada.
Billy se tensa y guarda silencio, negando con la cabeza.
―Una vez me dijiste que lo querías, que estabas enamorada de él, pero no es así. Porque tú, Billy, no estás enamorada, sino obsesionada.
Ella niega, viéndome con lástima.
― ¿Quieres que me aleje de él? Pues no lo haré. Porque a diferencia de ti, yo sí lo amo.
― ¡Cállate! ―se levanta de prisa, golpeando la mesa con las palmas de sus manos.
― ¿Ves cómo tengo razón? ¡Estás mal, Billy! Muy mal.
Me levanto dispuesta a marcharme y dejarla sola; sin embargo, Billy me detiene con sus frías palabras, o mejor dicho, con su amenaza:
―Si no rompes la relación que tienes con Christian por las buenas, tendrá que ser por las malas, Lily.
La veo con enojo, pero no le respondo. Estoy decidida a no seguirle el juego y largarme de ahí. No obstante, nuevamente me detiene.
―Por cierto, el agua que tomaste tenía extracto de cítricos, hermanita.
Cítricos... Yo soy alérgica a los cítricos.
―Estás mintiendo.
―Puede ser que sí, o puede ser que no. Creo que lo mejor será que te quedes en casa toda la tarde; no queremos que te pongas grave en la competición de Christian, ¿verdad?
Su mirada, sus palabras... Ella es tan malvada.
― ¡Estás loca! ―grito, antes de correr en dirección a mi habitación.
Busco entre mis cajones la vacuna antialérgica que traje conmigo desde Florida y que, hasta ahora, no la he necesitado. Los minutos pasan y sin importar en dónde busque la dichosa vacuna, no logró encontrarla por ninguna parte.
― ¿Buscas esto?
Doy media vuelta y me encuentro con Billy parada bajo el marco de la puerta, sujetando la vacuna.
― ¡Dame eso! ―le exijo, pero ella la esconde tras su espalda―. ¡Billy! ¡No estoy jugando! ¡Dame la vacuna, por favor!
La veo con súplica, ya que necesito la vacuna para estar bien y no terminar en el hospital.
―Yo nunca te haría daño, hermanita ―dice Billy, ofreciéndome su mano para que le dé mi brazo y ser ella la que me inyecte.
Sin pensarlo, estiro mi brazo y ella lo hace con rapidez.
Un ardor frío recorre toda la zona; hago gestos de dolor y de gran confusión al percatarme de que esa inyección no es de la vacuna antialérgica.
― ¿¡Qué es eso!?
Retiro mi brazo y aprieto la zona inyectada.
― ¿¡Qué me inyectaste Billy!? ―grito, asustada y enojada.
Ella, por el contrario, me da una sonrisa triste.
―En realidad, el agua que tomaste no contenía ningún cítrico. Y esto ―me muestra la jeringa vacía―. Es un calmante. Papá me lo dio para que lo usara en caso de que te volvieras agresiva contra mí.
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ECOS DEL PASADO
Mystery / ThrillerTras cinco años de ausencia, Lily se ve obligada a volver a su antigua ciudad en California, donde se enfrenta a su terrible pasado y se reencuentra con su hermana, Billy. Sin embargo, nada es como lo recordaba: todo ha empeorado. Con nuevos amigos...